Al Castilla le da miedo ser líder

Tremendo borrón del Castilla. El filial de Raúl se la pegó pero bien cuando mejor lo tenía para darle el sorpasso al Alcorcón y hacerse con el liderato del Grupo I de Primera RFEF, el que dentro de tres jornadas otorgará la ansiada plaza de ascenso directo a Segunda División. En una jornada en la que los tres grandes candidatos tenían compromisos muy dispares (el Alcorcón empató en Riazor y el Racing de Ferrol visita al muy correoso Unionistas de Salamanca) el equipo madridista no hizo valer el Di Stéfano. El Castilla estuvo cegado por el fosforito de la camiseta ceutí y quizá por el vértigo clasificatorio, porque el equipo caballa gestionó mejor su parte de presión (llegó a Madrid en puestos de descenso) y en tres coletazos echó a los chavales de Raúl de la piscina.

Que iba a ser una mañana compleja de gestionar lo dejó patente el equipo de Romero cuando mandó un balón al travesaño en el minuto 19 y en la siguiente jugada le endosó el primero al Castilla. Un gran centro de Luismi desde el perfil izquierdo no lo desmereció la cabeza de Capa. Un 0-1 que le enseñó al Castilla lo que le puede venir en los playoffs con los equipos veteranos. A la hora de la verdad, la experiencia añade peso a la balanza.

Una falta lanzada por Peter que estuvo a centímetros de opositar a mejor gol del Castilla esta temporada. Luego fue Álvaro Rodríguez con un cabezazo, pero Gato estuvo ágil. Un portero zurdo, por cierto, de los que apura al límite y ofrece show. Salvó un intento de golazo de Arribas a la media vuelta blocando la pelota con el pecho. El animoso centenar de hinchas del equipo caballa en Valdebebas le correspondió con un “¡Torero, torero!”.

Raúl zarandeó al equipo

En el descanso, Raúl reorganizó sus ideas. Por lo pronto, con movimiento de fichas para zarandear tácticamente al equipo. El desborde de Obrador y Aranda adentro, la poca movilidad de Theo Zidane y Edgar (jugó desplazado al lateral izquierdo) afuera del tablero. Como la cosa no terminó de mejorar sustancialmente, el técnico castillista buscó el efecto de introducir a Nico Paz por el centro poco después. Ni por esas. Los de Romero, a su manera, iban soltando chinitas en el camino del Castilla. Un córner ganado aquí o allá, como el que Luismi ajustó tanto que terminó dando en la parte superior del travesaño. El Castilla, para esos momentos, era prácticamente Aranda y sus regates o chuts con esa media folha seca a lo Cristiano. Uno, bien tapado por Gato, fue de lo más peligroso del filial porque Arribas tuvo uno de sus partidos más espesos de las dos últimas temporadas en las que acumula 33 goles y es de largo el mejor futbolista ofensivo del equipo.

Las medias ocasiones y los acercamientos sin llegar a hacer pupa encontraron a un Ceuta aún más sólido que amplió el resultado con un buen remate de Pablo y que volvió a utilizar otro córner para dejar el asunto finiquitado. Esta vez fue Luis Gil el que se elevó más y puso un 0-3 que le amarga el día de la madre a los jugadores castillistas. Los hinchas ceutís terminaron cantando “¡Que bote el Morube!” y ‘¡Sí se puede!”. De momento han podido. La duda es si al Castilla no le pasará factura esto.