Manzano: “Pezzolano era muy observador, Simeone tenía jerarquía”

Gregorio Manzano (Bailén, Jaén, 11 de marzo de 1956) es un histórico del fútbol español, donde ha dirigido en siete clubes, amén de una triple aventura en China, donde fue un pionero y logró grandes resultados. Ahora está a la espera de ofertas para volver a entrenar en España, desechando otras fuera del país, mientras asiste como espectador de la Liga, donde dos de sus exequipos, Real Valladolid y Atlético, se enfrentan el domingo, con dos técnicos en los banquillos (Pezzolano y Simeone), que fueron jugadores suyos.

¿Cómo está Gregorio Manzano? ¿Qué es de su vida?

Bueno, estamos bien. A la espera, después de 14 temporadas consecutivas en España, nos fuimos a China, donde dentro de ser una novedad y una incógnita, pues fue una gran experiencia. Fui el primer español que di ese paso y, posteriormente, como fue bien, pues fueron llegando más españoles. A la vuelta de China tuve contactos con varios clubes, no llegamos a acuerdos y ahora seguimos esperando.

¿Qué aprendió de su experiencia en China?

La experiencia fue muy positiva porque cuando llegas a un sitio (Beijing Guoan), empiezas a construir de cero y ves que el avance es diario, que los conceptos se llevan a cabo, es muy gratificante. Fuimos subcampeones por detrás del Evergrande de Marcelo Lippi. Cuando les ganamos nos recibieron miles de personas en el aeropuerto y el presidente del club me dijo: “No sé si ganaremos la liga, pero a partir de ahora usted es nuestro emperador”. Eso da muestra del agradecimiento por el trabajo del primer año y fui elegido el mejor entrenador de la liga. Fue, por tanto, una experiencia positiva y gratificante.

Aquí en España usted ha dirigido siete clubes en Primera, entre otros los rivales del domingo, Real Valladolid y Atlético de Madrid... ¿quién es su favorito?

Por plantilla, presupuesto, aspiraciones creo que el Atlético es favorito. Es obvio también que los equipos que están abajo juegan al límite porque se están jugando lo que se están jugando, por lo que no descarto para nada al Real Valladolid porque no llega mal. En estos casos siempre digo que gane el que más lo necesite.

Entonces, ¿usted quién quiere que gane?

Cuando se enfrentan dos equipos a los que he entrenado siempre tengo el corazón dividido. En el Real Valladolid fui tratado muy bien, vivo aquí, estoy agradecido porque fue el que me dio la primera oportunidad de entrenar en Primera División y fue el inicio de lo que vino después y en el Atlético de Madrid estuve en dos etapas. La primera fue la campaña del centenario, ahora que se ha cumplido el 120 aniversario, y después otra etapa que terminó con la llegada del Cholo al club. Estoy muy agradecido a los dos. Que ganen los dos es imposible, aunque estaría bien, pero en este caso si ganase el Valladolid no estaría triste. Al Atlético no le supondría un descalabro y al Valladolid le vendrían muy bien los puntos.

La curiosidad de este partido es que usted entrenó a Simeone en el Atlético y a Pezzolano en Mallorca... El uruguayo es más desconocido, porque lleva un mes en España. ¿Como jugador ya mostraba dotes de liderazgo, de mando?

Es difícil encontrar en este tipo de personas algún matiz de que llegaría a ser entrenador y más en España. Porque, además, Pezzolano en su manera de comportarse, en su conducta, era muy introvertido. Llegaba de fuera, con una plantilla que llevaban juntos mucho tiempo, necesitó tiempo para adaptarse. Era tímido, pero también observador. Deportivamente lo tenía difícil porque llegaba a un buen equipo, con estupendos jugadores en el medio del campo y actuó poco.

¿Entendía bien el fútbol?

Sí, la verdad es que conmigo jugó de mediocampista ofensivo o, incluso, por detrás del punta, y tácticamente era bastante correcto en sus conceptos. Tras esa temporada yo me fui y él también, precisamente, al fútbol chino. Lo que no tuvo en su momento como jugador, lo ha logrado como entrenador en su aterrizaje con un notable inicio.

¿Le ha sorprendido?

No, creo que ha imprimido al equipo esa agresividad uruguaya, quiere competir en todas las zonas del campo, todos los balones y esa mentalidad la ha imprimido el técnico y los futbolistas la han entendido bien y la están llevando a cabo a la perfección.

A Simeone se le intuía más que podía ser entrenador cuando era jugador...

Quizás era más temperamental en su conducta como jugador, siempre lo ha sido, siempre tuvo carisma al haber estado en el equipo del doblete y la verdad es que ya tenía una jerarquía en el vestuario. También es verdad que le tuve a mis órdenes más tiempo que a Pezzolano, lo conozco más.

¿Los entrenadores tienen que ser cercanos a los jugadores?

Te diría que sí, pero con un guión delante. Creo que el entrenador tiene que marcar una distancia, debe ser el líder, el jefe, tiene que marcar unas pautas. De ahí a ser amigo... Cuando los jugadores y el entrenador están mucho tiempo juntos en el vestuario se crea esa relación, pero el técnico debe trazar una línea porque sino el jugador puede equivocarse. El entrenador es el que manda y el jugador el que ejecuta.

Me cuentan que Diego Godín se acordó de usted el día que él salió del club colchonero...

Diego era especial. Hay que ser respetuoso, honrado y honesto con los jugadores. Siempre hay que decirles la verdad en lo bueno y en lo malo. Más en lo bueno. Porque los jugadores se endiosan y hay que pararles. Godín era un tipo de persona 10, que va de frente, a pecho descubierto, siempre es fácil trabajar con ellos, ordenarlos, con jerarquía. Siempre se entregó al 100% y le tengo un gran cariño y respeto.

Normalmente los entrenadores son exjugadores... ¿para usted es una ventaja o un inconveniente no haberlo sido?

Creo que no fue una desventaja. Cuando yo llegué a Primera, precisamente en Valladolid, llevaba entrenando más de 20 años, es indudable que no venía con los ojos cerrados. Cuando uno ha estado en vestuarios, en distintas situaciones, ha experimentado diversas cuestiones, resolviendo problemas. Quizás un jugador eso no lo ha vivido o lo ha vivido desde la perspectiva de jugador y eso no tiene nada que ver con ser entrenador. Eso no quiere decir que un jugador no pueda ser buen entrenador, de hecho hay muchos que son muy buenos. Hay entrenadores que no han sido jugadores y han triunfado y muchos jugadores que después han fracasado como entrenadores.

Ahora que me habla de fracaso. Se ha hecho esta semana viral la respuesta de Giannis Antetokounmpo sobre el fracaso en el deporte, ¿qué piensa?

Que depende del límite dónde pongas el fracaso. La temporada la empiezan 20 y esto es como la Fórmula 1 y todo depende del coche que tengas. Si uno lo intenta al máximo y no logra ser primero, habrá hecho todo lo que puede. Dependerá de que tipo de coche tengas y como lo conduzcas. ¿Sólo es bueno el primero? No, es una mezcla entre tener un buen coche y conducir muy bien. Fracaso es el que no lo intenta y no lucha por conseguir ese sueño. La afición, muchas veces, ejerce de juez y es la que señala si has fracasado o no. Si te has esforzado al máximo o no.

¿Con los años un entrenador aprende a gestionar mejor las derrotas?

La derrota tienes que asumirla como parte del trabajo. Ha habido grandísimos equipos que han tenido derrotas muy dolorosas. En el trabajo de entrenador, en la escuela nacional de entrenadores lo digo mucho, tienes que estar preparado para que te destituyan. Siempre les pongo el ejemplo de los toreros. Tarde o temprano te va a pillar el toro, la cuestión es cómo sea la cornada. Tenemos que estar preparados para asumir la derrota, pero no hacerlo de antemano. Debes luchar con todas tus fuerzas, con todos tus medios para ganar. Nosotros con el Real Valladolid ganamos en el Bernabéu, en el año 2000, en la última jornada de Liga (con el gol de Víctor) cuando se jugaban entrar en la Champions... la semana siguiente ellos ganaron la Champions al Valencia. Siempre te preparas para ganar, nunca para perder. Aprendes a gestionarlo con los jugadores y es bonito cuando eres capaz de revertirlo. En Mallorca, en mi primera época (2003), perdimos los tres primeros partidos, me veía con la maleta en la puerta y tras analizar la situación ganamos siete partidos seguidos y pasamos de colistas a segundos.

¿Ese año ganó la Copa con el Mallorca?

Hace ahora 20 años, el 28 de junio, y fue una temporada muy bonita. Eliminamos al Valladolid, al Madrid y al Deportivo. Ganamos la final al Recreativo. Fue un título muy bonito, a ver si lo celebramos allí con algunos de los protagonistas.

¿Le veremos entrenando la próxima temporada?

Es una posibilidad, siempre estoy abierto para volver al fútbol español porque sí que tengo ofertas fuera, pero... Estuve en la mesa para entrenar a la selección de Ecuador, al Universidad Católica de Chile, ha habido equipos interesados, pero no cuajó y para que salga de España tiene que ser con garantía.

¿Se atreve con una porra para el domingo?

Pues estará muy ajustado... 2-1 o 1-1.