Lucas Rosa, el comodín para el lateral izquierdo

El Real Valladolid se cubrió de gloria en el mercado de invierno y dejó la plantilla de Pezzolano sin un lateral izquierdo puro. Aunque en el propio club ha habido ocasiones en las que ha habido laterales que han jugado a pierna cambiada no es una tónica habitual en el fútbol moderno y, en absoluto, justifica el hecho de en pleno 2024 no tener un futbolista de ese perfil. El club se defiende afirmando que Lucas Rosa lo está haciendo muy bien a pierna cambiada, y es verdad, que confían en el trabajo de Raúl Chasco o que Comert también puede jugar ahí. Excusas.

Lo cierto es que en la plantilla del Real Valladolid sólo hay dos laterales, cuando lo normal es que haya cuatro, y los dos son diestros. Difícil de comprender y justificar incluso para los más cafeteros. Porque tan cierto es que Lucas Rosa lo está haciendo bien como diestro en la izquierda, como que le limita mucho a la hora de incorporarse al ataque doblando a Moro o, incluso, a la hora de centralizar su posición para “hacerse” un Escudero. La obsesión de Pezzolano por encontrar un jugador que pudiera ejercer en el papel del futbolista de Santovenia, unido a una lesión, hizo que Tiago Araujo, tras días en un hotel de Valladolid, fuera desestimado como defensor pucelano, por lo que días después firmó por el Gante belga.

En esta tesitura, el entrenador uruguayo, que clamó por un lateral izquierdo puro hasta el último día de mercado, arrancó la temporada con Luis Pérez y Lucas Rosa como laterales, los dos diestros. Como quiera que el brasileño ha jugado ya en las dos bandas de lateral y de extremo en las pasadas campañas resultó el elegido para jugar en la banda izquierda. Y no lo ha hecho mal en los cuatro partidos en los que ha completado todos los minutos. Decir que hizo un buen encuentro ante Lamine Yamal después de que el Barça ganara 7-0 parece una broma, pero no lo es. Ganó ocho de los 11 duelos en los que se vio involucrado y sólo fue regateado una vez. No fue de los peores, ni mucho menos.

Hay que recordar que la llegada de Lucas Rosa fue uno de los detonantes de la salida de Miguel Ángel Gómez, una vez descendido el equipo. El sevillano no quería intromisiones en su trabajo y el jugador llegaba “recomendado” por Ronaldo Nazário, dueño y presidente de club, desde las categorías inferiores de la Juventus. Lo cierto es que el jugador se incorporó al Promesas de Julio Baptista y vio pasar como un cohete, por delante de él, a Iván Fresneda llamado por Pacheta para el primer equipo desde el Juvenil en la 21-22. En la siguiente campaña empezó jugando en el Promesas, pero llegó a disputar 17 encuentros con el primer equipo, 11 como titular, en la temporada del descenso de Pezzolano.

Asentado ya en el primer equipo en la 23-24 jugó 35 encuentros con el primer equipo, en todas las posiciones de banda, pero sólo 11 como titular. Y aún así fue importante para conseguir el ascenso del Real Valladolid a Primera también con el técnico uruguayo. No sólo eso. Su buen rendimiento le propició una renovación de contrato hasta 2026 que a sus 22 años y con la versatilidad que está mostrando apunta a ser un posible traspaso.

De momento, Lucas Rosa es titular en la banda izquierda de la defensa pucelana, donde ya ha disputado 360 minutos y es indispensable en esa zona del campo, al menos, hasta que llegue el mercado de invierno y, quizás, el Real Valladolid se refuerce con un lateral izquierdo puro a pesar del buen rendimiento del jugador de Ribeirao Preto.

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