Los guardianes de La Rosaleda

Alfonso Herrero es el único que ha disputado completos 42 partidos en Primera RFEF (38 en liga regular y cuatro de la promoción). Carlos López jugó los tres de Copa a un gran nivel. Rivales por un puesto, compañeros y amigos en la vida que charlan de todo un poco con As.

“Tenemos un respeto máximo el uno por el otro” arranca Alfonso y Carlos lo refuerza. “Lo más importante es ayudarnos en los días de entreno. Compitiendo se mejora el nivel en los partidos. De Alfonso he aprendido bastante. Es un portero muy experimentado que ha jugado muchos partidos en Segunda y ayuda mucho a la hora de gestionar el equipo, ordenarlo, mantener la calma en diferentes situaciones”.

La brega del novel también ayuda al experimentado. Sobre todo, a no dormirse en los laureles. “Su día a día en los entrenamientos está siendo ejemplar. Es un espejo no solamente para mí, sino para el resto de los compañeros, de cómo se tiene que afrontar una situación en la que el año pasado tuvo menos minutos y el nivel de entrenamientos fue muy alto. Eso también hace que el portero que está jugando siga apretando para no bajar el nivel de entrenamientos y pueda rendir el fin de semana. El papel del portero que no juega es muy importante para que el nivel del equipo suba. Conseguimos el año pasado que ese nivel fuera muy alto”.

Carlos López fue determinante en el partido de Copa en Barakaldo parando penaltis y con Genaro llamándole ‘Casillas’. “Fue mi debut en un partido oficial con el Málaga en un campo complicado con una afición que apretó mucho. A mí me gustan mucho los penaltis. Siempre digo que el portero tiene más que ganar en los penaltis que los jugadores. Paré dos y pasamos de ronda”. Y pasamos a hablar de su juego de pies, muy elogiado. “Los entrenadores que he tenido me han inculcado jugar con los pies, buscar los espacios y eso me ha ayudado bastante”.

¿De Alfonso destacamos el remate de cabeza? (Risas) “No sé si le pude pegar peor ese día (hablamos de su famoso gol al San Fernando). Yo creo que la metí con el hombro”. Un gol que revitalizó al Málaga cuando estaba en conato de depresión. “Es algo que llevaré para siempre, que ese gol nos clasificó matemáticamente para el playoff. Veníamos de una dinámica mala y ese partido fue un poco el momento en que todos nos dimos cuenta de que teníamos que dar un poco más. Le dimos una vuelta a todo y empezamos a hablar mucho dentro del vestuario. Las últimas jornadas contra el Antequera y el Castilla y todo el playoff conseguimos que todo se alinease y fuéramos en la misma dirección, club, afición… todos vimos a dónde queríamos llegar. Si mi gol fue el detonante de eso, encantado de poder aportado”.

Y damos un salto en el tiempo. Nos vamos al mágico e ‘increipla’ minuto 124 en Tarragona cuando todo parecía perdido. Alfonso Herrero jugó los últimos 10 minutos como delantero centro como si fuera un portero de fútbol sala mientras que Carlos López se comía las uñas en el banquillo. “El gol de Dioni nos ayudó mucho a creer que se podía. Después llegó el barullo de los balones. Eso nos ayudó más y a ellos les asustó. Vimos que podíamos. Ese minuto fue mágico. Es una sensación que no se puede explicar. Saltas, gritas, te alegras, no sabes qué haces. Ese minuto no se olvida”

La celebración por el gol de Antoñito, pocas veces se ha visto. “Lo recuerdo como uno de los partidos más duros que he vivido en mi vida” rememora Alfonso. “Queríamos dar lo mejor de nosotros mismos, pero el rival jugó su partido y no estábamos finos ese día. Perdíamos a los 90′ y se encontraron con ese gol en el contragolpe que nos hundió mucho anímicamente. Llegamos al descanso de la prórroga y hubo un cambio., No sé lo que fue. Entraron los chavales (Aarón y Antoñito) y Dioni, que llevaban tiempo con pocos minutos. Ese gol entró porque el vestuario se lo merecía. Con otro vestuario no entra porque la gente deja de creer antes. Aquí tenemos un grupo de personas que teníamos muy claro lo que queríamos. Fue de esa manera tan épica, pero nos lo merecíamos”.

Y llegó la celebración. De los seis ascensos del Málaga Club de Fútbol desde su renombramiento en 1994, este ha sido el más celebrado, el que más gente ha sacado a la calle. “Eso es inolvidable” repone Carlos. “Ves a toda una afición que te ha apoyado toda la temporada y los playoffs. Jugábamos con 12 y nos apoyaban en los momentos más difíciles. Esa rúa en Diputación, Ayuntamiento…” Y hacemos un inciso. El joven portero también está estudiando una ingeniería. “Por la mañana los entrenos y por la tarde, las clases las tengo on line. Si algún día todo me coincide las tengo grabadas con tiempo”.

Damos un salto con Carlos. Se habló que dé podía salir cedido, pero al final sigue apretando a Herrero. “Se barajan todas las opciones, pero sabiendo que estamos otra vez en el lugar de donde no debimos salir, y en Segunda y con un compañero con quien la relación es muy buena y de quien he aprendido mucho, seguiré peleando, aprendiendo y creando experiencia”.

Herrero tiene otro año de contrato. Siempre dijo que, hubiera ascenso o no, se quedaría en La Rosaleda. Atentos a su explicación. “Vine aquí sabiendo a donde venía y con un objetivo claro. Tengo 103 o 104 partidos en Segunda. Es un sueño complido el poder estar aquí, la ciudad en la que vivo y el día a día que tengo. Mi trabajo es valorado. Pasase lo que pasase iba a seguir. Lo dije con naturalidad porque era la verdad. Si hubiéramos repetido categoría seguiría”.

Un portero con su pedigrí seguro que han llegado ofertas. ¿Le gustaría seguir más tiempo? “Ojalá. Solamente hace falta que me lo pongan por delante y lo firmaré. ¿Ofertas de otros equipos? Sí. Al final siempre hay intereses y tal. Ni siquiera he abierto la puerta para salir de aquí. Estoy bien y valorado aquí. Lo típico. A lo mejor hablaron con el agente por la situación o si había intención de salir. En cualquiera de los casos le he dicho a mi agente que no. Que no quiero salir de aquí y que quiero alargar aquí.”

Toca hablar de cantera. La apuesta de Loren Juarros, el director deportivo, para revitalizar al equipo. La juventud, al poder. “Hay mucho apoyo a la cantera. Con la Academia finalizada y el entrenamiento que hicimos hace poco, va a ayudar a aumentar el nivel y a retener jugadores con los que se cuenta. La cantera te ayuda en momentos difíciles y se pudo ver contra e Nàstic”. Lo dice un canterano que ve a jugadores como Larrubia con pinta de explotar. “Tenemos muy buena cantera y con la cantidad que tienen van a romper.

Alfonso Herrero se forjó en la cantera del Real Madrid y rememora aquellos momentos. “Estuve 13 años, desde los nueve a los 22 años. Una etapa muy bonita. Soy de Toledo. Con nueve años surgió la posibilidad de jugar en el Real Madrid. Mis padres han hecho toda la vida un esfuerzo increíble por llevarme a entrenar, porque Toledo está a una hora de Valdebebas. Íbamos y veníamos todos los días hasta que con 18 años me fui a vivir ahí. Al Real Madrid le debo toda mi formación. Coincidí con Rubén Yáñez un año en el Castilla”.

Seguimos con el ‘vintage’. El padre de Carlos López estuvo muchos años vinculado al club como responsable de seguridad y delegado. El portero formo parte de un equipo donde estaban también los hijos de Kameni y los de Francesc Arnau, entonces director deportivo ya fallecido y que bautizó, en todo de broma a aquel ‘team’ como ‘los galácticos. Carlos lo recuerda con cariño. “Ese equipo fue una pasada. Éramos Pol, Luca, Julen Guerrero... Ganamos la liga fácil. Vencíamos a Real Madrid y Barça. Ese equipo era muy bueno”.

Regresamos al presente. ¿Este Málaga hasta donde puede llegar? Reflexiones del más veterano. “Somos nuevos en esta categoría. Un equipo joven que necesita asentarse en la categoría. Nuestra ilusión será salir a ganar todos los partidos. La gente no tiene dudas de ello. Nuestro objetivo siempre serán los 50 puntos para conseguir la salvación y, a partir de ahí, mirar hasta donde podemos llegar”.

El más joven valora que los cimientos están bien puestos. “Hay una gran base del año pasado. Un vestuario muy bueno y unido. Eso siempre te ayuda a luchar por el compañero. Los fichajes que lleguen siempre serán bien recibidos”.

Para ir terminando no podemos dejar pasar por alto el icónico abrazo de Galilea a Antoñito tras su gol y la emotiva arenga. “Es una imagen icónica y que representa muy bien lo que fue el vestuario del Málaga el año pasado y lo que sigue siendo hoy en día. Gente experimentada y jóvenes con mucha ilusión que están aportando cosas muy bonitas. Nos retroalimentamos muchos”. Y Carlos sentencia. “Era una oportunidad histórica y única de devolver al Málaga a donde se merece. En muchos partidos remontamos o ganamos en el último minuto porque no se dejó de creer”.

Con la común referencia de Iker Casillas, Alfonso Herrero vive la mejor etapa de su carrera y Carlos López crece y tiene pinta de futuro gran portero. Presente y futuro.

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