Historia del divorcio Mallorca-Aguirre: Darder, Abdón, el estilo...
El club ha considerado agotado el ciclo del mexicano, a pesar de lograr la permanencia y llegar a la final de Copa. La gestión de Darder y Abdón, el estilo y el distanciamiento con el vestuario, claves.
Se ha hecho oficial que Javier Aguirre no seguirá siendo entrenador del Mallorca. Antes de esta noticia, en realidad esperada, el club ha vivido sentimientos enfrentados. Un día después de conseguir la ansiada permanencia, contrastaba la inmensa alegría vivida en la tarde del domingo en Son Moix tras el gol de Darder con la tristeza que mostró Javier Aguirre en la rueda de prensa posterior al partido ante el Almería. Más allá de conseguir que el equipo bermellón siga una temporada más en Primera, el tono que dejó el entrenador mexicano era de despedida, como se confirmó este martes. Lo de la famosa ‘soledad del entrenador’ quedó patente en el rictus del mexicano, que intuía desde hace semanas, por no decir abiertamente que lo sabía, que su final en la isla estaba a la vuelta de la esquina. Su mensaje público de no conocer su futuro era una señal.
Pero, ¿qué ha pasado para que un entrenador que ha cumplido los objetivos, incluso llevando al equipo a una final de Copa 21 años después, no reciba oferta de renovación?
¿Por qué Aguirre, profesional, diplomático, divertido y, sobre todo, frontal, no ve esa posibilidad cuando ha manifestado en múltiples ocasiones que le gusta Palma, el Mallorca, la isla, y que se quedaría con mucho gusto?
En líneas generales, el discurso del técnico mexicano se ha agotado en el vestuario bermellón. El modelo de juego conservador y poco atrevido no cala igual que cuando llegó. Dio resultado y consiguió una permanencia complicada hace dos temporadas, pero viendo los resultados de la pasada campaña se esperaba algo más.
Además, tampoco ha gustado el rol de Darder, el fichaje estelar del pasado verano, a lo que se suma la ausencia absoluta del ídolo local Abdón Prats en la final de la Copa del Rey. Por todo esto, se ha producido un distanciamiento con el vestuario y también con la afición que ha visto desplomarse a un equipo que podía ofrecer más. Seis victorias en casa en 19 partidos es un bagaje muy pobre. Tres permanencias y una final de Copa son los logros que deja el mexicano.
Ahora suena Arrasate, entre otros, para coger el relevo de un técnico que el domingo vivió una jornada agridulce, a pesar de conseguir el objetivo.
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