REAL SOCIEDAD

Llega el bache anunciado por Imanol

La inexplicable derrota del equipo txuri-urdin en su visita al Valencia (1-0), con la mayoría de sus jugadores muy por debajo de su nivel habitual, pone evidencia el complicado momento por el que atraviesa la Real Sociedad

No por estar avisados, duele menos. Lo anunció Imanol Alguacil: iban a llegar las oscuras golondrinas. Y ya están aquí. Con varias cuestiones encima de la mesa ¿Estuvo la Real Sociedad en Mestalla? ¿Realmente llegó a saltar al terreno de juego? ¿Por qué el nivel de sus jugadores fue mucho más bajo de lo habitual? ¿Tiene alguna explicación que el equipo realista estuviera lejos de lo que nos tiene acostumbrados? Más que nunca, se puede decir que la Real perdió por deméritos propios, porque dejó de ser la Real para ser otra cosa muy distinta, y acabó jugando más a lo que quería el Valencia que a lo que suele pretender Imanol Alguacil. Y eso le llevó, incluso, a meterse el gol en propia puerta.

Es difícil de entender cómo los jugadores de la Real tuvieron tan poca precisión con el balón en los pies a la hora de asociarse entre ellos. No se puede entender cómo en la mayoría de duelos individuales salieron perdedores cuando lo normal es que los ganen. Estas dos premisas son fundamentales en el juego que plantea Imanol Alguacil. Sin ellas, la Real no es la Real, o al menos no esta Real que nos tiene a todos maravillados y que se ha situado en una posición de privilegio para pelear por la Champions League. Sin juego en ataque y sin contundencia defensiva, la Real fue un equipo vulgar que se limitó a intentar hilvanar alguna jugada sin generar peligro alguno, y que sufrió con los contragolpes del Valencia porque no tuvo en ningún momento el control del juego.

El bache de la temporada que llevaba vaticinando desde hace tiempo Imanol Alguacil se ha manifestado de la manera más cruel, con la Real perdiendo sus señas de identidad; y en el momento más inoportuno, cuando tenías sólo un partido por semanas y tenías la opción de recolectar un buen número de puntos para cuando volviera la exigencia de los partidos europeos entre semana. Pero lo más doloroso es que la Real ha dejado volar cuatro puntos por culpa de dos goles en propio puerta de sus dos centrales (Le Normand contra el Celta y Zubeldia en Mestalla) y sin que el rival le marcara un sólo gol. Ha perdido de un plumazo el juego, la seguridad defensiva y hasta la fortuna.

La mejor noticia es que sigue manteniendo, a pesar de todo, la tercera plaza, aunque el colchón de puntos con sus rivales casi ha desaparecido. También que tiene detectados cuáles son sus problemas. Y que queda cada vez menos para que vuelva David Silva, al que de forma inevitable echa mucho de menos. Porque hay jugadores que están muy justos y necesitan del mago para tomar aire (Zubimendi, Kubo y Sorloth van con la lengua fuera), y otros como Merino y Oyarzabal van a marchas forzadas mejorando y recuperando el tono físico tras sus lesiones. Es momento de estar todos juntos para pasar el bache de la temporada de la mejor manera posible. A día de hoy, ganar al Cádiz se ha convertido en toda una obligación, algo así como un necesario punto de inflexión.

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