La Real vuelve a acelerar en el momento decisivo
Igual que hiciera la temporada pasada, con un calendario muy complicado, el equipo realista ha sacado su casta para conseguir su objetivo europeo con una jornada de antelación.
La Real Sociedad vuelve a terminar entre los seis primeros. Una temporada más con Imanol Alguacil. Y con una jornada de antelación es matemático que viajará por el continente en los asientos de la Europa League, la segunda competición continental. Desde el punto de vista de la trayectoria tiene mucho mérito, muchísimo. Pero si se mira sólo esta temporada, quizá se le da más valor al hito conseguido. Porque una cosa es que se haya cumplido con el objetivo marcado en liga a principios de la temporada: clasificarse para Europa, hacer historia. Pero otra bien distinta es que ello no tenga un enorme mérito, más probablemente del que muchos le dan.
No hay que olvidar que la Real Sociedad termina el presente curso jugando 53 partidos, el segundo equipo de LaLiga con más encuentros disputados tras el Real Madrid. Algo querrá decir. Por un lado que se ha llegado lejos en las competiciones de eliminatorias, y por otro el enorme desgaste al que se ha visto expuesto el equipo donostiarra sin tener la profundidad de banquillo de los equipos poderosos con presupuestos desorbitados. Así que haber cumplido con el objetivo de terminar entre los seis primeros hay que tenerlo muy en cuenta. Imanol no falla, y cuenta sus temporadas en el primer equipo de la Real por clasificaciones europeas. Más no se le puede pedir.
Pero a todo esto hay que añadir que la Real ha logrado clasificarse para la Europa League después de haber tenido que jugar la Champions League. Antaño para equipos del tipo del txuri-urdin, jugar la Liga de Campeones era sinónimo de pasar apuros en liga, hasta el punto de acabar salvando la categoría in extremis o en algunos casos terminar descendiendo. Que se lo pregunten al Celta de Vigo. Los txuri-urdin con Denueix ya coquetearon con las posiciones de descenso hasta que lo lograron encarrilar, una vez estaban fuera de la Champions. Y de eso han pasado sólo veinte años. Nunca hay que olvidar de donde se viene.
El caso es que la Real ha entrado en la Europa League después de una temporada en la que hizo historia en la Champions League, al ganar la fase de grupos primera vez, y caer después en octavos de final. Y después de haberse quedado a las puertas de jugar otra final de Copa del Rey, a un penalti más concretamente. Todo eso le podía haber restado competitividad en liga, en pura lógica debía haber sido así. Y sin embargo, la Real se ha mantenido firme toso el año entre los primeros clasificados, hasta el punto de estar entre los seis primeros durante 24 de las 38 jornadas ligueras, y es donde acabará finalmente.
Y encima ha finiquitado la clasificación europea dando un golpe sobre la mesa de esos que son contundentes y que se escuchan bien. Porque cuando más complicado parecía tenerlo, con el equipo físicamente muy tocado, con muchas bajas y con el peor calendario de los implicados en la lucha continental... se les ocurre ganar tres de los últimos cuatro partidos. ¿Cómo se quedan? Es más, ha ganado en cuatro días a los dos rivales directos en la lucha por la sexta plaza, el Valencia y el Betis. Eso da brillo, sin duda, a la clasificación para la Europa League. Porque demuestra la pasta de la que está hecha esta plantilla liderada por Imanol. Y rematar esta bella historia ganando a domicilio al Betis, un rival que se le ha atragantado los último años, es como ponerle la guinda al pastel.
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