La pelota parada desploma la ambición del Eibar
Más de la mitad de los tantos encajados por los armeros han llegado desde la estrategia. Ya le ha costado diez puntos en lo que va de liga.
El pasado sábado, el guante de Iñigo Vicente se valió por sí mismo para contrarrestar una buena puesta en escena del Eibar en El Sardinero. Los de San José llegaron con mucha frecuencia a las postrimerías del área racinguista, mayormente en una gran primera media hora de juego, pero sin la confianza necesaria de cara a portería; el mago de Derio finiquitó en un visto y no visto la contienda, nuevamente a balón parado. Tres acciones de estrategia nacidas en sus botas engrosaron un resultado, que llegó a ser excesivo. El Eibar tiene dónde trabajar.
No es ninguna novedad que el conjunto azulgrana muestre fragilidad a la hora de defender las ABP, porque ya viene siendo la tónica habitual de la temporada. Las métricas así lo avalan. Más de la mitad de sus tantos encajados han venido precedidos de un balón en estático. 12 de 22 tantos exactamente. Sangría excesiva para un equipo con aspiraciones mayores que las de centrarse en mantener la categoría únicamente. No obstante, la última dinámica de otoño le está llevando a ello.
De no ser por la estrategia defensiva, el Eibar habría sumado diez puntos más de los obtenidos hasta la fecha. Con los que su situación clasificatoria mejoraría drásticamente, hasta llegar a estar situado en el playoff. En la actualidad, necesita al menos dos para salir de la zona roja. Misma distancia que le separa de la última plaza, compartida en estos momentos por Mirandés y Real Zaragoza, otro conjunto que también aprovechó la debilidad armera en su propia área.
A pesar de que el Racing evidenció de manera incuestionable la asignatura pendiente de los guipuzcoanos con los saques de esquina, lo cierto es que sufre desde todas las modalidades. Pues, el balón parado se desglosa en: cinco tantos recibidos desde el córner, dos desde el saque de banda, tres en penaltis y uno más de libre directo. Esta última se estrenó en El Sardinero gracias a la picardía de Iñigo Vicente para habilitar a Sangalli en el cuarto gol, cuando ningún defensor armero se percató de la posibilidad de lanzar una falta lejana en corto.
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En una semana marcada por la eliminatoria copera de Pontevedra, el margen de mejora en los entrenamientos será limitado. Aunque nadie duda de que las acciones de estrategia en contra tendrán un peso específico en ellas. Cada detalle cuenta y el Eibar necesitará dominar cada fase del juego mientras encuentra de nuevo la confianza. Otra asignatura pendiente. Se le acumulan los deberes a Beñat San José.
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