La obligada confianza en Iheanacho

El, otra vez, bajísimo nivel de Iheanacho fue la única nota negativa del sabroso punto que el Sevilla cosechó en San Mamés. Y el debate está más abierto que nunca, puesto que si el nigeriano juega por la baja de Isaac Romero, la irrupción de Mateo Mejía desde el filial y la expulsión que forzó al Athletic ponen en duda la confianza del técnico del Sevilla en el ex del Leicester.

Pero García Pimienta tiene un motivo de peso para seguir dando minutos a Iheanacho. Si se quiere que el nigeriano adquiera nivel competitivo, tiene que ser a base de acumular minutos. En otros tiempos, el Sevilla no esperaría a nadie y el jugador quedaría defenestrado desde comienzos de temporada. Ejemplos hay muchos, pero casos como el Rony Lopes son recordados. Sin embargo, este Sevilla de la actualidad puede y hasta debe esperar a todo el mundo, puesto que sus aspiraciones son otras.

Ihenacho ya despertó el runrrún de la grada de un Sánchez Pizjuán que ante el Valladolid se tomó a cachondeo un remate franco del nigeriano que se convirtió en un despeje del rival. Eso es lo que se quiere evitar, que el jugador sea condenado a las primeras de cambio por la afición, pero para eso está obligado a mejorar su rendimiento. Y mucho.

La entrada de Mateo Mejía al césped del San Mamés convirtió en día la noche que había provocado el juego de Iheanacho. Intentó desmarques, se ofreció... Este año, en el filial, había dejado la punta del ataque para pasar a la banda, desde donde explota su velocidad. Gustó en diez minutos más que Iheanacho en siete partidos. Pero García Pimienta se siente obligado a confiar en el nigeriano y no bajar a nadie del barco tan pronto.

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