La nueva competencia de Óscar Gil, el lateral de los retos

En la galería de internacionales del Espanyol ubicada en la sala Juan Segura Palomares del RCDE Stadium, entre Ricardo Zamora, Dani Solsona, Rafa Marañón o Raúl Tamudo, emerge también Óscar Gil, lateral que va camino de acercarse a la mítica cifra de 100 partidos oficiales con el equipo blanquiazul: si juega los que restan de curso acabará con 94. El alincantino de 24 años será una de las novedades en la alineación de Diego Martínez después de cumplir un partido de sanción por cinco amarillas y de ver como el francés Ronael Pierre Gabriel fue expulsado en su estreno ante Osasuna y no estará disponible frente a la Real Sociedad.

Gil se ha acostumbrado a ganarle la partida a todo aquél que le compita el puesto desde que llegó al Espanyol por 500.000 euros, su cláusula, procedente del Elche en 2020. Aunque empezó el curso 20-21 a la sombra de Miguel Llambrich, finalmente se hizo con la banda gracias a sus potentes capacidades físicas. Víctor Gómez ha tenido que encadenar cesiones a Mirandés, Málaga y ahora Sporting de Braga, mientras que Miguelón ha pasado por Oviedo y ahora Cartagena. Tampoco ha convencido de lateral derecho Aleix Vidal, más eficiente de extremo o cuando tiene que jugar por dentro, pero sufrido cuando defiende en esa posición. Ahora le llega el francés Pierre Gabriel, quien como dijo Diego Martínez dejó “luces y sombras” en su estreno.

Aunque Pierre Gabriel solamente jugó 41 minutos ante Osasuna, los datos ya muestran las diferencias entre ambos. El lateral francés, quizás por las ansias y la exaltación del estreno, reventó la máquina en algunas acciones ofensivas, muy por encima de Gil, que acostumbra a acabar los partidos mejor de los que los empieza gracias a su capacidad físicas. Según los datos de Comparisonator, el francés hizo el doble de regates que el alicantino (3,75 contra 1,65) y el triple de acciones de ataque (9,3 ante 3,3), aunque solamente fueron éxitosas el 20% por el 33% que promedia Óscar Gil en los encuentros jugados.

El ímpetu de Pierre Gabriel le jugó una mala pasada en acciones del juego que no son del agrado de Diego Martínez. Si por un lado recuperó una media de 9,38 balones por encuentro, por solo 3,82 de Gil; perdió el triple de balones que el lateral en su propio campo, una situación que acostumbra a penalizar a los equipos el darle la opción al rival de atacar con el equipo desordenado. Fue más solvente Gabriel en los duelos defensivos. Un ejemplo fue su facilidad para neutralizar a Abde, el extremo del equipo navarro, algo en lo que mejoró a Óscar Gil, al menos en ese debut efímero.

Gil, que ha sido campeón de Segunda División, ha conseguido dos ascensos, una medalla de plata olímpica, una Eurocopa Sub-21 y ha sido internacional absoluto, afronta ahora otro reto de aquí al final de curso con la llegada del lateral francés, de otras características que el alicantino, quien el lunes afrontará su primer examen de la nueva situación que vive.