La hora de Jacobo Ramón

Ante una zaga maltrecha, Jacobo Ramón. Es la apuesta de Ancelotti y no sólo para Varsovia. No ha sido la primera convocatoria con los mayores de este central madrileño de 19 años. Ya fue llamado a filas cuatro veces el curso pasado (Leipzig, Girona, Rayo y Sevilla). Pero sí es la más significativa. Único canterano de campo (Fran González va como tercer portero) en la lista de la Supercopa de Europa, la idea es que sea carne de primer equipo hasta que Alaba recupere el tono (se baraja noviembre). Ya lo aseguró Ancelotti en una declaración que también incluían a Joan Martínez y Asencio. Pero tras ese “entrenarán con nosotros, prepararemos un plan específico”, Jacobo ha ganado enteros.

No sólo por la desgraciada rotura de cruzado de Joan, sino por su rendimiento en pretemporada. No se estrenó contra el Milan porque acababa prácticamente de aterrizar. El 28 de julio ganó el Europeo Sub-19, el 29 estaba festejando el Las Rozas en un homenaje organizado por la RFEF a los campeones y el día 30 se subía, junto a un Fran González que replicó hoja de ruta, al avión rumbo a Estados Unidos. Sí lo hizo en el Clásico, debut oficioso con el primer equipo, y dejó una jugada que causó una grata impresión interna. El central salió de posición para anticipar ya en campo del Barça, se adelantó el esférico, aprovechó su amplia zancada para evitar que la posesión se perdiera, avanzó por la banda como un lateral a pie cambiado y acabó sirviendo un balón al área pequeña que Vinicius a punto estuvo de enjaular.

Progreso

Contra el Chelsea volvió a tener minutos y tanto el cuerpo técnico como sus propios compañeros han quedado impresionados con su estado físico. Y con su confianza, tanto durante los entrenamientos como en los dos partidos disputados. Jacobo llegó más hecho, potente a pesar de su apariencia espigada y ágil a una tierra proclive a brindar oportunidades. Las ha aprovechado. “Parecía incluso que había crecido”, bromeaba una fuente consultada. Sus 195 centímetros le permiten tener un estupendo juego aéreo. Lo complementa con un buen posicionamiento defensivo y una creciente capacidad para leer el juego que le permite anticipar con solvencia. “Es muy sereno, nunca pierde los nervios”, apuntan quienes le tratan habitualmente en Valdebebas.

De Xabi a Arbeloa

Canterano con todas las letras, aterrizó en La Fábrica a los ocho años. Ahí comenzó a quemar etapas. Desde el Benjamín B y pasando por un Infantil A donde Xabi Alonso fue su maestro. Aunque ha sido Álvaro Arbeloa quien más le ha moldeado. Jacobo era el káiser de la Generación de 2004, aun siendo un año menor que el hispanoargentino, Mario Martín, Palacios, Gonzalo, Manuel Ángel y compañía. De hecho, el propio Arbeloa es uno de sus grandes valedores y le llama cariñosamente ‘Van Dijk’. Un mote simpático con el que motiva al central.

Tras once años en Valdebebas, esta temporada cambia el contexto para Jacobo Ramón. Su hábitat natural, cuando Alaba vuelva a la ecuación, será el Castilla. Pareja de Asencio. Ya disputó seis partidos con Raúl el curso pasado (450 minutos), pero en el presente será algo esporádico. Es el plan. O era. En estos momentos queda aplazado por las necesidades de los mayores. En el Real Madrid, el último paso es el más complicado. Jacobo es consciente, pero, de momento, se marca como objetivo seguir afianzando la confianza que le profesa Ancelotti y su cuerpo técnico. Paso a paso.

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