La espinita europea del Betis de Pellegrini
La Europa League tiene un puesto preferente en las aspiraciones verdiblancas esta temporada tras dos eliminaciones seguidas en los octavos de final.
El Betis de Manuel Pellegrini lo tiene todo a su favor para clasificarse para la segunda fase de la Europa League este jueves. La victoria lo coloca directamente en los octavos de final como primero de grupo, el empate también puede valer e incluso la derrota ante el Rangers no tiene por qué suponer una eliminación de la competición, puesto que entonces se dependerá de lo que ocurra en el Aris Limassol-Sparta de Praga, el otro partido del grupo.
Pero en el Benito Villamarín nadie piensa en otra cosa que no sea una victoria y una fiesta, más aún tras la sensación de haber dejado vivo al enemigo con la que el respetable se fue a casa tras el empate ante el Real Madrid. Además, un triunfo aliviaría el calendario a comienzos de 2024, puesto que el Betis evitaría la ronda intermedia ante lo equipos que caigan de la Champions como terceros de sus grupos y se colocaría directamente en los octavos de final.
El caso es que la fase de octavos es el Rubicon histórico del Betis y el particular del conjunto que adiestra por cuarta temporada consecutiva Manuel Pellegrini. Las eliminaciones en esta ronda en los dos últimos años hicieron daño puesto que, con matices diferentes, las opciones de colocarse entre los ocho mejores de la competición fueron reales.
La gran primera parte realizada por los de Pellegrini en Old Trafford en la ida de los octavos del año pasado aún resuena en Heliópolis. No sirvió de nada puesto que el equipo se cayó en el segundo tiempo y regresó a Sevilla goleado 4-1 y virtualmente eliminado. Perdió en la vuelta también 0-1 pero aquel United era batible, como lo demostró el eterno rival, y a la postre campeón, en la siguiente ronda.
Un año antes, la caricia a los cuartos fue aún más real. El Betis había eliminado en la ronda intermedia al Zenit de San Petersburgo y en octavos el sorteo lo emparejó con el Eintracht, conjunto que sería campeón meses después en el Sánchez Pizjuán. Tras caer en casa 1-2, los de Pellegrini ganaban en Alemania y todo apuntaba a los penaltis, hasta que en la última jugada de la prórroga un error de Rui Silva acabó con un remate contra su propia portería de Guido y con el Betis eliminado.
Este jueves, el Betis tiene que ganar para colocarse en unos octavos que suponen una espinita que, quizás este año más que nunca, en el Villamarín saben que son perfectamente capaces de quitarse y soñar.
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