La asamblea que cambió la historia del club rojiblanco
El 23 de julio de 1974, hace 50 años, se celebró la junta extraordinaria de socios que aprobó, con un voto en contra, la construcción de la Escuela de Mareo.
La Escuela de Fútbol de Mareo es el santo y seña del Sporting. Cada 28 de marzo celebra su cumpleaños y este año celebró el 46 aniversario de su inauguración, allá por la recién estrenada primavera de 1978. Esa es la fecha de referencia para unas instalaciones que han sufrido una profunda transformación y cuya reforma integral está cerca de completarse, aunque a finales de abril se presentaron las principales obras.
Sin embargo, para llegar a la construcción de Mareo, el Sporting debió dar un paso anterior del que hoy se cumple medio siglo. Cincuenta años han pasado ya desde que los socios compromisarios, aquellos denominados así por tener derecho a participar en las asambleas y, por tanto, en las decisiones del club, aprobasen en una junta general extraordinaria la venta de la parcela de Los Fresno y la compra de los terrenos donde ubicar el soñado complejo deportivo.
Fue la directiva que presidía Ángel Viejo Feliú la que consiguió el permiso de los socios para llevar a cabo el proyecto, pero aquel dirigente no hizo más que recoger el testigo de Carlos Méndez Cuervo. El presidente anterior planteó por primera en la asamblea de julio de 1969 la idea de vender Los Fresno. “Estamos desarrollando la idea de que el Sporting cuente, en su día, con un complejo deportivo”, dijo Méndez Cuervo en aquella asamblea del 69, que dio paso a la temporada de un ascenso histórico.
Y continuó diciendo: “La base económica es ‘Los Fresno’. No hay que olvidar que, por su emplazamiento, está llamado a convertirse en zona urbana edificable. Entonces el club recibirá un buen montón de pesetas que hay que reinvertirlas e invertirlas bien”.
Méndez Cuervo falleció en la primavera de 1973 en accidente de tráfico. En el mes de julio de ese mismo año era elegido Ángel Viejo Feliú nuevo presidente del Sporting y justo un año después, en la primera asamblea que presidió, recibió el respaldo de los compromisarios para poner en marcha el proyecto de vender ‘Los Fresno’ y comprar los terrenos “situados entre la carretera de Granda a Mareo y La Carbonera”, explicaba a los socios Miguel Díaz Negrete, directivo del club y arquitecto, autor del proyecto.
Los 142 socios compromisos, de unos 500 con derecho a asistencia, que acudieron primero a la junta ordinaria y después a la extraordinaria no sabían exactamente lo que se les iba a proponer en esa segunda parte de la convocatoria en la Casa Sindical de Gijón. El orden del día de esa segunda asamblea tenía dos puntos: “Enajenación y Distribución de Bienes” era el primero y “Autorizar al Señor Presidente para firmar documentos públicos e hipotecarios”.
Al final se aprobó la propuesta con un solo voto en contra, aunque Miguel Díaz Negrete tuvo que llegar a desplegar los planos del proyecto delante de la mesa presidencial. Sin los medios de hoy en día, aquel socio que quisiera verlo tenía que acercarse.
El nuevo complejo deportivo tendría “seis campos de fútbol con dimensiones 105 por 70 y una pista de atletismo”, además contaría con “una edificación de dos plantas; en la planta baja irán los vestuarios y las aulas de la zona escolar para alevines y en la primera, la residencia para las concentraciones, el gimnasio y otras dependencias”, contaba Díaz Negrete, que confesó haber visitado Lezama y las instalaciones que estaba construyendo el Real Zaragoza como base de su proyecto.
El voto en contra llegó fundamentalmente porque se reclamaba más información sobre el coste económico de las dos operaciones. El Comercio apuntó que el precio de venta de la parcela de ‘Los Fresno’ era de 40 millones de pesetas mientras que la compra de la finca de más de 110.000 metros cuadrados alcanzaba los 60 millones. Más tarde llegó el traspaso de Churruca al Athletic (52 millones) que contribuyó a pagar la diferencia y poner definitivamente en marcha la obra que cambió la historia y modernizó el club.
El Sporting navegaba en aquel año 1974 por la Primera División en la que se mantuvo durante seis temporadas consecutivas, desde el ascenso del equipo de Carriega en 1970 hasta 1976 en que descendió con Quini como Pichichi de la máxima categoría, y con Churruca y Ferrero en sus filas.
En la asamblea ordinaria que rindió cuentas de la temporada recién finalizada se informó de que el Sporting tenía en ese momento 13.965 socios, 1.922 más que el año anterior. El presupuesto que se aprobó para la siguiente temporada en la máxima categoría fue de 72,5 millones de pesetas, unos 436.000 euros en la actualidad.
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