Kubo mostró con Japón lo aprendido en la Real

Takefusa Kubo ya es mundialista. Lo consiguió al jugar con Japón el partido contra Alemania en el que la selección nipona dio la sorpresa ganando a uno de los combinados considerado favorito para ganar el Mundial de Qatar. Un resultado que hizo saltar por los aires las cuentas del grupo de España, que no pudo comenzar mejor su andadura en esta cita mundialista. El futbolista de la Real Sociedad salió de inicio, formo titular con la selección de Japón, y se mantuvo sobre el terreno de juego casi una hora, en la que fue uno de los jugadores japoneses más incisivos. Kubo pudo mostrar al mundo todo lo que ha podido aprender en sus cuatro meses en San Sebastián, que como el mismo se ha encargado de repetir en varias ocasiones han sido claves en su presencia en la lista definitiva de Japón.

Para empezar, Kubo jugó tirado a la banda izquierda, cuando él siempre había dicho que donde más cómodo se encontraba era jugando por dentro. De hecho, con la selección japonés, siempre ha actuado como mediapunta o como Segundo punta. Pero al llegar a la Real Sociedad, Imanol Alguacil lo empieza a poner en esa posición, el nipón destaca, y cuando vuelve con su selección y en el estreno en el Mundial, el seleccionador japonés lo sitúa pegado a la banda izquierda. No parece una casualidad. El futbolista nipón ha sido algo así como un comodín en ataque para el entrenador de la Real Sociedad. Ha actuado en todas las posiciones de arriba desde que fichara por el cuadro donostiarra. Empezó como segunda punta, jugó de mediapunta, lo puso en la banda derecha a pie cambiado y acabó destacando entrando por la izquierda, donde ha dejado sus mejores detalles, combinando con Merino, Silva y Brais Méndez, y siendo el asistente favorito de Alexander Sorloth.

En los 54 minutos que Kubo estuvo sobre el terreno de juego con Japón contra Alemania, el futbolista de la Real se desenvolvió por la parte izquierda de su ataque, repitiendo automatismos que ha ido adquiriendo a las órdenes de Imanol Alguacil. Aunque también apareció por otras zonas del campo, con cierta libertad, como la que tiene en el cuadro realista. Fue de lo más lúcido de su selección en una primera parte pobre en ataque y en la que se fueron por detrás en el marcador, pero dejando abierto el resultado. Aunque su aportación no se quedó solo en que jugó en la banda izquierda, sino también a su presión alta. El japonés trabajó con la misma intensidad que viene haciéndolo en la Real, saliendo a presionar muy arriba a los jugadores alemanes y poniéndoles en bastantes aprietos. Y para terminar demostró la frescura con la que suele hablar en las ruedas de prensa que ofrece en San Sebastián, cuando se le preguntó por su análisis al terminar el partido: “Cambiamos a defensa de cinco cuando me quitaron del campo, el entrenador vio que eso era bueno, y la verdad es que ha salido de Puta madre”, dijo en un perfecto castellano, y dejando boquiabierto a los periodistas desplazados a Qatar. Imposible no esbozar una sonrisa cuando se le escucha.