Jonmi Magunagoitia, el goleador inesperado de Ipurua

No es muy usual que un guardameta introduzca un balón en una portería que no es la suya, y menos, si lo hace de cabeza. Jon Mikel Magunagoitia Blasco (Amorebieta, 24 años), más conocido como Jonmi, hizo historia al convertirse en el tercer cancerbero de la última década de Segunda en marcar un tanto para su equipo. Corría el minuto 95′ de encuentro, cuando apenas quedaban segundos para cumplir el agregado del colegiado, y en una transición armera, Nacho Vidal frenó con falta el contraataque. Pese a estar algo escorada, los 25 metros que separaban al balón de la portería, le convertían en una ocasión manifiesta de peligro. Con desventaja en el marcador, el Eibar quemó las naves y permitió al ‘13′ incorporarse al remate. Iván Gil hizo el resto. Centro milimétrico para que con un ligero toque de testa el balón fuera a la jaula.

Hacía casi cuatro años que la categoría de plata no contabilizaba un gol marcado por un meta. El último, obra de Cristian Álvarez. También mediante un cabezazo y en los minutos finales, el portero del Real Zaragoza equilibró la contienda para arañar un punto (2-2) en el Anxo Carro allá por la 20/21. Casualmente, ese mismo estadio presenciaría un nuevo tanto de un arquero tres años atrás. Esta vez con público y sin la pandemia de por medio, el Lugo fue el equipo agraciado. A diez minutos de finalizar un duelo frente al Sporting, Juan Carlos se sacó un zapatazo de la manga desde su campo para ampliar la renta en el marcador (3-1).

Dos precedentes en Ipurua

Lejos de ser una anomalía, la casa del cuadro eibarrés ya sabe lo que es celebrar goles de un autor inesperado. En su último año de Primera, con la visita del Atlético de Madrid a Ipurua, Marko Dmitrovic fue el encargado de asumir la responsabilidad en una pena máxima para los azulgranas. Ante el maleficio del Eibar con los once metros ese mismo curso, Mendilibar confió en el serbio y este no le falló. Como si haría semanas después, cuando Ledesma le detendría el penalti posterior en Cádiz. Aquella campaña, Magunagoitia, enrolado en las filas del filial armero, era uno más del primer equipo en el día a día. No obstante, el primer guardameta azulgrana de la historia en celebrar un tanto no es otro que el ilustre José Ignacio Garmendia, cuando, todavía en Segunda B, clavó un gol de portería a portería al Pontevedra en 1988.

Entre Amorebieta y Eibar

A pesar de ser uno de los porteros titulares más jóvenes de la categoría, Jonmi posee unos cuantos kilómetros a sus espaldas. En gran medida por repetir en infinidad de ocasiones el trayecto que une a la localidad de Amorebieta con la de Eibar, ya que entre idas y venidas, y con un alto en Zamora para jugar en Primera RFEF, el zornotzarra ha acometido en cuatro ocasiones el mismo trasvase. Inició su andadura en Txolon, base de los azules, donde la red de ojeadores del Eibar se fijaría en él dado sus ágiles reflejos. Interés que también compartirían desde Inglaterra, pero que a la postre no se acabaría cristalizando.

Ya en la estructura armera, Jonmi se foguearía en los juveniles, antes de volver a recalar en el Amorebieta como cedido. En esa ocasión, como portero del primer equipo. Su notable estreno en la antigua Segunda B, hizo que la entidad eibartarra volviera a echar mano de él en invierno para tratar de salvar la categoría con el primer filial azulgrana. Pese a no ser capaz de neutralizar el descenso, el bizkaitarra se hizo dueño y señor de la meta ahora Eibar B, para acabar teniendo oportunidades en la primera plantilla de la mano de Mendilibar. Sin embargo, aun siendo equipo de Segunda División, no pudo encontrar un hueco en la nómina de futbolistas y abandonó Ipurua. De vuelta en Urritxe, completó la hazaña de devolver a su club natal al segundo escalón del fútbol español, donde demostró su valía.

Con la competencia de Pablo Cuñat Campos bajo palos, superó los 16 partidos en liga, que le sirvieron para dejar su meta intacta hasta en cinco ocasiones. Gracias a su trabajo, la dirección deportiva armera apostó por sus servicios para esta temporada. A priori partía con desventaja respecto a su lucha con Fuzato, pero un sólido rendimiento en pretemporada hizo que Etxeberria se decantara por el canterano. Confianza que no ha bajado con la llegada de San José y la nueva rivalidad con Alex Domínguez. Por el momento, acumula 24 titularidades ligueras, ocho porterías a cero y un tanto que le convierten en el portero más goleador de la división. Todo un premio para un jugador experimentado en hacer y deshacer maletas. Algo que ocurre cuando su corazón está partido en dos. Pues a sus 24 años, Jonmi ya es parte de la historia de Amorebieta y Eibar.

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