LAS PALMAS

Jonathan Viera-Rubén Castro, la extraña pareja

Iconos de la cantera de Las Palmas en el siglo XXI, coincidieron en el curso 2019/2020 pero no llegaron a jugar juntos. Les acompañaba Pedri.

Las Palmas
Carlos Diaz-Recio

Por tener, la Unión Deportiva Las Palmas tiene una inagotable fuente de talento futbolístico en casa desde que se fundara allá por agosto de 1949. La insularidad se paga, por lo que los jugadores de la tierra siempre fueron una de las principales opciones. Siempre le fue mal al club cuando se alejó de este pretérito modelo y, a día de hoy, sostiene un sólido liderato de Segunda División con pibes de su cantera.

La tradición de Las Palmas, añeja como el propio club, vivirá un enfrentamiento muy especial este sábado en el Estadio de Gran Canaria. Si todo apunta a que el equipo insular podrá contar de nuevo con Jonathan Viera tras dos partidos ausentes por una fuerte gripe, con el Málaga se viene Rubén Castro, leyenda viva del fútbol patrio. Ambos grancanarios, ambos emblemas de sus equipos. En cualquier caso, dos futbolistas seguramente irrepetibles.

Castro y Viera, por este orden, pasan por ser los dos primeros iconos contemporáneos de la cantera de Las Palmas en el siglo XXI. Por ahí andaría también Vitolo, físicamente de capa caída, imposible, salvo milagro, su participación en el partido de este fin de semana. Después, claro, llegó Pedri para romper el molde.

Casualidades del destino, Castro, Viera y Pedri coincidieron en la primera plantilla de Las Palmas durante el curso 2019/2020, cuando el tercero de ellos ya asombraba al planeta fútbol con un talento descomunal, de cualquier manera impropio para quien no era más que un juvenil que ya estaba traspasado al Barça, donde hoy pasa por ser uno de los futbolistas más decisivos del mundo.

Pedri y Viera, en Las Palmas, durante un entrenamiento conjunto con Las Palmas. CARLOS DIAZ RECIODIARIO AS

Por su parte, el caso de Rubén Castro y Jonathan Viera es el de una extraña pareja, mal avenida por circunstancias del destino. Ocurre que, en el verano de 2019, el segundo de ellos andaba por su querida Gran Canaria recuperándose de unos problemas físicos que le atenazaban durante su estancia en China, estrella como era del Beijing Guoan. Aprovechando la coyuntura, Las Palmas se anotó el gran fichaje de aquel consiguiendo su cesión al menos hasta el mercado invernal, imposible alargar su continuidad. Si hubo alguna dura, el hoy capitán se encargó de disiparla más rápido que inmediatamente: 10 goles y 2 asistencias en los 13 partidos que tuvo tiempo de jugar. Tampoco le fue mal a Castro, que acabó marcando 15 en 24 partidos. Ninguno tan recordado como aquellos que le marcó a Casillas en el añoradísimo Estadio Insular, sus primeros con este escudo en el pecho.

Pero los astros, como lo son estos dos jugadores, no quisieron alinearse para que ambos coincidieran sobre el césped. Resulta que Rubén, ante de caer lesionado, jugó su último partido el 14 de septiembre de 2019, cuando el Almería arrasó el EGC (0-3). Mientras, Viera no pudo alistarse hasta el 22 de septiembre de aquel año, cuando Las Palmas perdió en Girona (1-0), y se despidió con un empate en Gran Canaria ante el Rayo (1-1) el 22 de diciembre. Viera ya estaba de vuelta en China cuando Rubén regresó a la acción, el 14 de septiembre de 2020 en Santander (1-1).

El regreso del 21 se dilató un año y medio, cuando Rubén ya seguía a lo suyo, marcando goles de todos los colores, en Cartagena, que le pagaba lo que no quiso Las Palmas (alrededor de 400.000 euros por temporada). Ni que fuera el colmo de la mala suerte, coincidieron cuatro meses en Las Palmas pero no llegaron a jugar juntos. El imaginario colectivo de la UD y todo su entorno nunca obtendrán la respuesta a una de sus grandes preguntas de los últimos años. “¿Y si…?” como enganche a tantísimas tertulias cuando el Covid-19 nos mandó a todos a la cueva. Así acabaron, o empezaron, tantas extrañas parejas.

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