Ipurua cree en el ascenso directo

La ilusión ha vuelto a instalarse en Ipurua. Tras meses de agonía, inducidos por el segundo golpe consecutivo a causa de permanecer un año más en la categoría de plata, el Eibar retorna a los puestos de ascenso directo. Atrás quedó el primer cuarto de temporada, cuando parecía que la lucha de los armeros iba por otros derroteros. Los Stoichkov, Aketxe y Bautista han aparecido en el momento más candente de la temporada para reconducir el vuelo y hacer creer a la parroquia armera que el objetivo es todavía factible. Jugadores y afición reman en la misma dirección un barco que ha cogido velocidad de crucero, con el deseo de regresar al primer escalón del fútbol europeo, del que se bajaron hace escasos tres años.

Los hombres dirigidos por Joseba Etxeberria no conocen la derrota en el 2024. Tan solo el Cartagena ha podido igualar sus números al derrotar al Villarreal B, Amorebieta y Racing. Precisamente, los cántabros fueron la primera piedra en el camino de un cuadro eibartarra que cierra el mes de enero con pleno liguero. Después de la visita de los verdiblancos, el conjunto guipuzcoano solventó su desplazamiento a Huesca, para culminar la racha positiva, venciendo en casa por la mínima a un sólido Mirandés. Una racha que se originó en Ipurua con el empate de la última cita de la primera vuelta ante el Sporting. Desde entonces, no hay equipo en LaLiga Hypermotion que mejore dichos registros. Ni el propio Efesé, que se encuentra a un solo punto de salir de la quema.

El momento de forma envidiable por el que atraviesa el plantel armero solo se entiende con su mejora defensiva. Exceptuando la visita a El Alcoraz, las acciones y despistes puntuales que antes condenaban a un equipo frágil defensivamente, han desaparecido casi en su totalidad. Luca Zidane, escoltado por el notable rendimiento de Berrocal y Arbilla, ha puesto el candado a la portería disminuyendo las cifras de goles en contra que traían al ‘Gallo’ por el camino de la amargura. Partidos como el del pasado viernes, son reflejo de ello. El Eibar compadeció ante el Mirandés, mostrándose apagado en ataque, pero sobrio en defensa. Hasta que apareció la figura de Sergio León para que, a través de su gol, sacase petróleo de todo el trabajo sin balón del equipo. Los armeros, además de reforzar su ataque y entramado defensivo, han aumentado la ilusión de una afición que se presenta como el revulsivo más determinante de la temporada.