FRANCIA

Zaïre-Emery roba el foco a Mbappé con Francia

Warren Zaïre-Emery, de 17 años, se ha visto obligado a pedir permiso paternal para que le autoricen a jugar ante Grecia con la selección francesa.

París (Francia)
FRANCK FIFEAFP

La joya del PSG, el niño maravilla de París, la sensación en la capital francesa, Zaïre-Emery, vivió, este lunes, su primer día concentrado con la absoluta de la selección francesa. El centrocampista, de 17 años, fue convocado el pasado jueves por Didier Deschamps para los compromisos que medirá a la subcampeona del mundo contra Gibraltar, el sábado, y Grecia, el próximo martes, un partido en el que, tal y como informa L’Équipe, para poder disputarlo, Zaïre-Emery se vio obligado a pedir una autorización a sus padres.

En Francia, salvo que la persona esté emancipada, los menores de edad no tienen capacidad para viajar sin el permiso de sus padres. Zaïre-Emery, que, además, compagina los estudios en el “Lycée” con ser jugador de fútbol profesional, no podía haber viajado a Grecia sin la autorización paternal pertinente. El mediocentro ha heredado el ‘8′ de Aurélien Tchouaméni, al no poder haber elegido el número 33, el que usa en el PSG, ya que únicamente estaban disponibles los dorsales que abarcan desde el número 1 hasta el 23.

Si Didier Deschamps le hace debutar, ya sea contra Gibraltar o ante Grecia, Zaïre-Emery se convertirá en el debutante más joven de la historia de la selección francesa, con 17 años y 8 meses. El récord, hasta la fecha, lo ostenta Eduardo Camavinga, que en octubre de 2020, en un encuentro ante Croacia, debutó con 17 años y 9 meses. ‘WZE’, como le apodan en Francia, ya es, como era de esperar, el jugador más precoz en debutar con el PSG, el goleador más joven y el futbolista, en Europa, que más partidos ha disputado en la historia de la Champions antes de cumplir la mayoría de edad.

Deschamps, que no ha dudado ni un segundo en convocarle, máxime después de la lesión de Tchouaméni, aseguró este lunes que no piensa brindarle un trato distinto al del resto de los jugadores. “Puedo ser su abuelo, pero no voy a tratarle de forma diferente. Lo único es ser un poco más indulgente. Que sea como es, que haga las cosas con naturalidad, con confianza, con libertad. Si tiene que jugar, que lo haga lo mejor posible para él y para el equipo”, declaró.

En París, que ya tenían a Mbappé como representante absoluto del talento de Isla de Francia, región en la que nació Zaïre-Emery y que es la más prolífica del fútbol europeo, se frotan las manos con el potencial de la joya de la corona de la cantera del PSG, un club que, en los últimos años, había perdido a grandes jóvenes, entre ellos Coman, Nkunku, Maignan o Diaby, pero que con el centrocampista recupera uno de los grandes ‘debe’ de Nasser Al Khelaïfi durante su etapa como presidente de la entidad capitalina.

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