Vuelta a la realidad para Xabi Alonso

El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso sigue de capa caída en la Bundesliga. Cuatro días después de una remontada épica ante el Mónaco que le sirvió para meterse en los octavos de final de la Europa League, el conjunto de las aspirinas no pasó del empate a uno en su visita a Friburgo y, de esta manera, ha ganado tan solo uno de los cinco encuentros desde que diera comienzo la segunda vuelta de la máxima competición, firmando su peor registro en casi 20 años. El punto no sirve de mucho al Leverkusen en la tabla, donde se sitúa en undécima posición en plena tierra de nadie. Mientras tanto, el Friburgo es quinto a tan solo un punto de la zona Champions marcada por el Leipzig en cuarta posición. Temporadón de los de Streich.

Después de un tramo inicial con escasos acercamientos por parte de ambos equipos, un libre directo ejecutado a las mil maravillas por Grifo fue suficiente para poner por delante al conjunto dirigido por Streich. El Leverkusen, sin el sancionado Adli, tardó en digerir el golpe, pero se rehizo, encerró al Friburgo por momentos y dispuso de numerosas ocasiones para poner las tablas antes de pasar por vestuarios. Bakker y Diaby fueron los que más cerca estuvieron ante un Friburgo que, tras algún que otro susto, finalmente terminó yéndose con ventaja al descanso.

Xabi Alonso no se lo pensó e introdujo a Wirtz, estrella del conjunto de las aspirinas que había comenzado el choque en el banquillo debido al cúmulo de partidos disputados estas últimas semanas. Después de 20 minutos sin poder escaparse de la marca en el pobladísimo centro del campo, la joya del Leverkusen apareció en el momento perfecto para iniciar la jugada que volvería a meter a los suyos en el partido. Wirtz proyectó a Bakker para que el neerlandés colgara un centro al segundo palo donde esperaba Azmoun para empatar el choque de volea, estrenando el armenio su cuenta goleadora esta temporada. El resultado no le servía a ningún equipo, por lo que el feudo badense fue testigo de un tramo final con ocasiones en ambos lados, eso sí, sin la pegada suficiente como para terminar inclinando el partido hacia un lado.