Veinte años con De Laurentiis: “Orgulloso de no tener ni un euro de deuda”
El presidente del Nápoles dio un emotivo discurso en el vigésimo aniversario de su presidencia: “Ahora vamos a construir una ciudad deportiva y queremos comprar el Maradona”.
El Nápoles de Aurelio De Laurentiis acaba de cumplir 20 años. El productor cinematográfico cogió las riendas del club en 2004, comprando por 37 millones únicamente el nombre del equipo y un sitio en el campeonato de Serie C. Los azzurri tardaron dos años en salir del infierno de la tercera categoría y, a partir de entonces, no pararon: en 2007 regresaron a la Serie A, en 2012, 2014 y 2020 ganaron una Copa italiana, en 2014 una Supercopa, sumaron 14 años consecutivos en competiciones europeas y en 2023 cumplieron el sueño de celebrar el primer y único scudetto sin Maradona.
Todo eso se hizo con una gestión casi única en el fútbol moderno, apostando siempre por un balance en orden y autofinanciando el club con el mercado de fichajes, los derechos de televisión, los patrocinadores, el marketing y los premios UEFA. El curso pasado fue un desastre para el Nápoles, que después de haber celebrado el scudetto vivió una temporada con tres entrenadores distintos y cerró en el décimo puesto, rompiendo su larguísima racha en las competiciones europeas. De Laurentiis, sin embargo, aprendió de los errores y apostó fuerte: fichó a Antonio Conte y protagonizó uno de los mercados más importantes de la historia del club.
El máximo mandatario azzurro explicó su estrategia durante la presentación del nuevo acuerdo con el agua Sorgesana, segundo patrocinador de la camiseta partenopea: “Dicen que estoy loco por haber gastado más de 150 millones de euros, pero también el año pasado invertí, aunque nos equivocamos en todos los fichajes. Necesitaba este gasto para revolucionar todo y llevar aquí a uno de los mejores entrenadores del mundo. Decían que el Nápoles era un equipo de transición y en cambio muchos jugadores muy buenos quieren venir a jugar aquí”.
El presidente sacó pecho sobre la gestión de estas dos décadas: “No creo que los fondos vayan a salvar a las empresas, sobre todo en el fútbol. Estoy orgulloso de no haber tenido nunca un euro de deuda, mientras en este mundo parece que es imposible ir adelante sin endeudarse. Decían que Nápoles era ingobernable, pero no es así. En Nápoles se puede y se debe trabajar”.
Un conmovido De Laurentiis cerró su discurso hablando de futuro y tuvo que interrumpir varias veces sus palabras por la emoción: “Nuestro fútbol será libre y sostenible. Estamos ante un cambio total, somos el último baluarte de un fútbol que no respeta las normas y la competición. Nuestro scudetto demuestra que somos la otra cara de la medalla. Con el club queremos representar el Renacimiento napolitano: construiremos una ciudad deportiva donde trabajarán juntos cantera y primer equipo, queremos comprar el Maradona y dentro de cuatro años celebraremos un centenario a la altura de nuestras películas”.
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