Van Nistelrooy domina el caos de Old Trafford

Mostrando casta y carácter, y creciéndose en el caos. Así respondieron los jugadores del Manchester United al despido de Ten Hag. A la espera de que el club anuncie la llegada del sucesor del holandés, su compatriota Van Nistelrooy se hizo cargo de los red devils. Con él en el banquillo, los mancunianos mostraron una cara muy distinta a la ofrecida en las últimas jornadas. Tres días después de caer frente al West Ham se impusieron al Leicester para alcanzar los cuartos de final de la Copa de la Liga.

Tras un inicio trabado el ritmo se volvió frenético. Hubo que esperar nueve minutos para ver el primer tiro a puerta, un intento de Ayew que fue directo a las manos de Bayindir, que ocupó la meta del United en lugar de Onana. Para cuando el colegiado señaló el descanso, en Old Trafford se habían celebrado ya seis goles. El primero de ellos fue el primero de Casemiro, que sacó un zapatazo desde la frontal que se coló por la escuadra. Se acomodaron entonces los red devils, que entonces tomaron la iniciativa. Garnacho apareció en el segundo palo doce minutos más tarde para empujar un centro raso de Dalot a la red. Hubo respuesta inmediata. El Khannouss se encontró una pelota suelta en la frontal del área y redujo la distancia en el marcador con un tiro raso que dio en un palo, y luego en el otro antes de colarse en la meta local.

El marroquí derribó a Garnacho en el balcón del área visitante solo tres minutos después. El tiro libre lo ejecutó Fernandes y Justin lo desvió hacia su propia meta. Por allá apareció Casemiro dos minutos más tarde para hacer el 4-1. El brasileño cabeceó un centro de Rashford que fue a parar a un palo, luego al otro y que le quedó en bandeja al centrocampista para dejar el partido sentenciado. Virtualmente. Garnacho pudo anotar el quinto poco después, pero su disparo salió ligeramente elevado. Rozó el larguero. Fue Coady quien marcó antes del descanso para devolver al Leicester al partido. Un balón colgado dio en Dalot y quedó en bandeja para que el capitán visitante avivase el caos imperante sobre el césped de Old Trafford.

No hubo respiro hasta el descanso. Sin tregua. Y tras la reanudación llegó la sentencia. A un equipo tan regular en su irregularidad como el United, la incapacidad de dar la puntilla a su rival le ha costado demasiados puntos durante la etapa de Ten Hag. Los de rojo se empeñaron en abrir una nueva, dejando atrás la frustración de las últimas semanas. El miércoles sí pudieron. Sobre la hora de juego, Fernandes recibió en carrera, pisó área, regateó a Ward y puso tierra de por medio. Anotó el quinto tanto de los suyos disparando con rabia dentro del área pequeña, sin oposición. El capitán del United aseguró el gol, y también el triunfo.

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