FRANCIA

Un año para olvidar del PSG

El conjunto parisino ha sufrido ya siete derrotas, está fuera de la Copa y la Champions y su único consuelo es ganar una Ligue 1 que sabe a muy poco.

París (Francia)
GONZALO FUENTESREUTERS

La temporada del PSG está siendo un calco a la que protagonizó hace un año, con la diferencia de que los dirigentes prometieron una revolución que, de momento, no se ha producido. El conjunto parisino sufrió este domingo otra derrota más, la séptima del año, la primera en casa en la Ligue 1 desde hace dos años, contra el Rennes, que no necesitó ni siquiera hacer un gran partido para llevarse los tres puntos del Parque de los Príncipes.

El final de curso que se presenta a orillas del Río Sena no invita al optimismo, sino más bien lo contrario. La plantilla está desmotivada, los jugadores se muestran cabizbajos y los aficionados manifiestan indiferencia. Los ultras del PSG, la Virage Auteuil, únicamente aplaudieron a Kylian Mbappé en la previa del encuentro ante el Rennes y le propiciaron pitos a Messi, respondidos con aplausos por parte de diversos sectores de la grada. El argentino, señalado en Francia, todavía no ha renovado y la tendencia actual se inclina más por una salida que por una renovación.

El comienzo de año del PSG fue crítico. Perdió contra el Lens el 1 de enero y, aunque aquel traspié se consideró como ‘normal’, pues acumulaba bastantes bajas, los resultados negativos se sucedieron. El 15 de enero cayó 1-0 contra el Rennes en Roazhon Park y después llegó, el 29 de enero, el empate frente al Reims en el último minuto. El desgaste físico del Mundial y la falta de profundidad de plantilla anticipaba un final de temporada delicado en París que se acabó materializando en la Champions League.

La máxima competición continental, el torneo que es prácticamente el juez del rendimiento del PSG, se le quedó grande, muy grande, a los pupilos de Christophe Galtier. Antes de la doble contienda contra el Bayern, el líder de la Ligue 1 sufrió otras dos derrotas. Sucumbió 2-1 ante el Marsella en los octavos de final de la Copa de Francia y se despidió de una competición que simplemente por plantilla le debería clasificar para las rondas finales. Días después, en El Principado contra el Mónaco, los capitalinos se inclinaron por 3-1, un resultado que provocó grandes rencillas dentro del vestuario.

A la cólera de los ultras, que silbaron a sus jugadores, se unió la discusión que protagonizaron Neymar y Luis Campos en el vestuario. El brasileño, lesionado hasta final de temporada por sufrir daños en el ligamento del tobillo derecho, le reprochó al portugués su mercado de fichajes. Las incorporaciones, esas que fueron determinantes en forma de promesa para renovar a Mbappé, no estaban a la altura y Ney, para sorpresa del vestuario, discutió de forma airada con el consejero deportivo durante bastantes minutos.

El PSG intentó pasar página, pero ya era demasiado tarde. El Bayern pasó por encima de los parisinos en el Parque de los Príncipes y dejó en el aire el proyecto de Luis Campos y Galtier. En aquel encuentro, el técnico achacó el rendimiento a que Mbappé no llegó al 100 % a la eliminatoria. No iba mal encaminado, porque la entrada del internacional francés en el segundo tiempo revolucionó el partido e incluso pudo empatar, pero su gol fue anulado por fuera de juego de Nuno Mendes.

El club decidió conjurarse. La heroica remontada por 4-3 ante el Lille el 19 de febrero revitalizó el ánimo en el vestuario. El 0-3 contra el Marsella, justo antes de viajar a Múnich, parecía el punto de inflexión definitivo para darle la vuelta a la eliminatoria. Sin embargo, fue un espejismo. El Bayern fue una apisonadora y venció 2-0 al PSG en el Allianz Arena, truncando por segundo año consecutivo el gran proyecto de Al Khelaïfi que parecía que iba a arrasar en el fútbol europeo con los fichajes de Messi, Ramos o Donnarumma.

El PSG volvió a su realidad, o a su techo realmente. La Ligue 1 es una penitencia para el club y los aficionados, competición que domina año a año y en la que se recogen los platos rotos que infunden las eliminaciones en la Champions League. En el primer partido en el Parque de los Príncipes después del naufragio en Múnich, los de Galtier sufrieron una derrota por 0-2 ante el Rennes. Es verdad que no jugaron Achraf, Marquinhos, Ramos, Kimpembe o Mukiele, prácticamente toda su defensa titular, pero la imagen de la plantilla, desmotivada, fue la de un conglomerado de jugadores que no juega ni por el orgullo.

Los tiempos no cambian en París. La prematura eliminación en la Champions League ha dado por concluida la temporada del PSG. Aunque Galtier, su entrenador, que está contra las cuerdas y podría no seguir a partir de junio, recalca que “no es fácil ganar la Ligue 1″, la normalidad del club ha sido lograr 8 de los últimos 11 campeonatos. El parón internacional le viene como anillo al dedo al equipo, ya que los ánimos dentro del vestuario están por los suelos.

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