Trippier se hace el harakiri

Una sanción de 10 puntos comprometería el objetivo de cualquier equipo, pero el Everton apenas lo ha notado. Solo ha tardado tres partidos (dos victorias y una derrota) en salir de la plaza de descenso a la que le abocó dicha sanción. Lo consiguió gracias a los tres puntos que sacó ante el Newcastle, al que derrotó con un golazo de McNeil y otro de Docouré.

El partido apuntaba a ser un espanto tanto para el aficionado neutral como para el implicado. Hasta el gol, el partido se resume en jugadores de uno y otro equipo fallando ocasiones de todo tipo. De cabeza, tiros desde fuera del área, golpeos tibios a las manos del portero... hasta una de Calvert-Lewin, que incluso desaprovechó una volea desde dentro del área sin ninguna presión rival lanzando fuera. Además, Coleman se tuvo que retirar lesionado y Pickford estuvo a punto, pero aguantó los últimos quince minutos sobre el campo con una lesión en la rodilla derecha que se hizo él solo y que parece preocupante.

En el 79′ falló quien menos se podía esperar. Trippier, teniendo el balón controlado, se le escapó cunado quiso dar un pase y le cedió la pelota a McNeil. El centrocampista condujo hasta la frontal y le pegó con la zurda de forma espectacular. Cinco minutos más tarde, se repetía la historia. El lateral derecho perdía otra vez la posesión en salida de balón y la jugada terminaba llegando a Docouré para sentenciar el partido. Beto marcó un golazo en el descuento para completar el marcador.

Esta derrota hace daño al Newcastle, que ve cómo la distancia entre los puestos Champions y ellos es cada vez más amplia. Ya va por cuatro puntos. En cambio, da vida al Everton. Sin la sanción de diez puntos (la cual han recurrido), los de Sean Dyche serían décimos.

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