¡Trincão incendia la Primeira Liga!

El Benfica tendrá que esperar para cantar el alirón. El ‘Derby da Ciudad’, como se conoce al tradicional enfrentamiento entre los dos grandes equipos lisboetas, no acabó con el mismo desenlace que sufrió el último derbi catalán que protagonizaron Espanyol y Barcelona y que acabó con los antidisturbios policiales enviando la celebración azulgrana al seno del vestuario para evitar que los aficionados espanyolistas agredieran a los culés.

El tráiler era el mismo, pero la película no acabó resultando igual, con un viejo rostro conocido de la Liga español como villano para Las Águilas: Francisco Trincão. El exbarcelonista, vendido al 50% a los Leones, abrió el marcador al filo del descanso. Santos adivinó su desmarque sobre la espalda del prometedor António Silva, cuyo despeje en semifallo permitió que el portugués, en la novedosa función de ‘9′ periférico que le ha asignado Rubén Amorim, batiera a la segunda a Vlachodimos. El griego, por números el segundo mejor portero de Europa tras Ter Stegen, fue humanizado a la segunda.

Para Roger Schmidt fue imposible desentrañar el 3-4-3 del subcampeón de la pasada temporada. Con Morita y Ugarte como perros de presa sobre Neves y Chiquinho, consiguió desconectar a la línea de los tres mediapuntas benfiquistas, Rafa Silva, Neres y João Mário, aislando a Gonçalo Ramos. El cañón de este Benfica venía de anotar ante el Portimonense. Así las cosas, el bombardeo que se esperaba acabó siendo protagonizado por el Sporting, con Gonçalves como zurda ejecutora. Diomande, con un cabezazo supersónico, dobló la ventaja antes del descanso.

Por la misma vía, por la del juego aéreo, recortó distancias el Benfica por medio de Aursnes. El centro fue de Grimaldo, en uno de sus últimos servicios a la causa antes de ser recibido por Xabi Alonso. El toque de corneta del conjunto de Schmidt no fue suficiente. El 2-2, insuficiente para esa victoria necesaria para certificar el título nacional número 38, acabó llegando en el 90+6`, con ayuda del VAR y con la autoría de Neves. Al Benfica, que ha dilapidado la red de seguridad que labró a lo largo del año, le bastará con un empate ante el colista, el Santa Clara, en la última jornada. Incluso, le valdría que el Oporto no ganara al Vitoria Guimaraes.