Supercopa, Superpenaltis, SuperRodri

Ganó el City y celebró la Supercopa con rabia. Desde Guardiola hasta la plantilla al completo. Venían de caer por penaltis en la Community Shield y esta vez la fortuna les dio la cara con el último lanzamiento de Gudelj que golpeó en el larguero. Muchos matices quedarán después de este título. El primero, una vez más, el recital de Rodri, dueño y señor del City y jefe absoluto por encima de otros líderes del equipo como Haaland, especialmente desaparecido esta vez; el segundo, mucho más profundo, tiene que ver con la reflexión que Guardiola dejó en la previa, la acumulación de minutos y partidos, de torneos y competiciones. Sin prórroga, su equipo se arriesgó a caer en la lotería de los penaltis. Pero es lo que defiende Pep, que prefiere ahorrarse tiempos extra a acumular más desgaste a base de jugarlas.

La Supercopa es el torneo más residual de Europa y por eso la UEFA está dando vueltas a cómo mejorarlo. Un plan es hacerlo cuadrangular, con los campeones de cada una de sus competiciones (Champions, Europa League y Conference) y un cuarto participante. El título serviría para dar el pistoletazo de salida a la temporada europea, algo así como la carta de presentación del curso futbolístico y la fiesta con la que abrir cada campaña. El plan es de Al Khelaïfi, por cierto. No casa con la idea de Guardiola y sí con la de la expansión masiva de los torneos y competiciones. Pero eso llegará. De momento, con el viejo formato, el título es para Pep y para su guía: don Rodrigo Hernández Cascante.

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