Sergio Rochet, el héroe que no quería ser portero

Internacional de Porto Alegre eliminó a River Plate en los octavos de final de la Copa Libertadores tras una agónica tanda de penaltis. Los brasileños se colocaron dos goles arriba y cuando todo parecía acabado, Robert Rojas mandó el partido a la muerte súbita. El encuentro se decidió desde los 11 metros y allí apareció un héroe para los ‘Colorados’: Sergio Rochet.

La tanda fue tomando tintes épicos, ningún equipo falló hasta el séptimo penalti. En el décimo lanzamiento Robert Rojas mandó el lanzamiento al larguero, y Sergio Rochet agarró la responsabilidad. El portero cogió carrerilla hasta el borde del área, comenzó la carrera con fuerza y golpeó con el interior hacia su derecha engañando a Armani para dar el pase a los de Porto Alegre a los cuartos de final.

De volante central a portero

Durante los tres segundos que duró su carrera hacia el balón, recordó su infancia como volante central. Rochet inició su carrera como centrocampista en Nueva Palmira. Su primer arranque en la portería fue en un partido amistoso en Dolores. Frascheri, amigo suyo en la actualidad, era el portero de su equipo y recibió tres goles en tan solo cinco minutos, dejando el partido en ese momento para que el técnico le diera la alternativa Rochet en el arco. Desde entonces no se ha movido de ahí.

Su madre, como le confesó al medio El Observador, no quería que su hijo fuera portero: “Ser madre de un niño arquero te lleva a tener más miedo a los golpes”. Además, su familia era muy humilde y jugaba con los guantes totalmente desgastados, casi rotos.

Esta es su primera temporada en Internacional tras cinco años en Nacional, uno de los equipos punteros de Uruguay. Gracias a su rendimiento en Montevideo fue el portero titular de Uruguay en los tres partidos del Mundial de Qatar. Su carrera profesional la comenzó en Países Bajos, en el AZ Almaar. Tras disputar 71 partidos, se marchó al Sivasspor, su último equipo antes de volver a América.