Revolución en Marsella

De todos los equipos europeos, seguramente hay uno en Francia, el Olympique de Marsella, que ha sido uno de los que más animado el presente mercado de fichajes. El conjunto marsellés, liderado por el español Pablo Longoria en la presidencia, ha confeccionado un equipo de garantías para intentar, de una vez por todas, postularse como una alternativa al título en la Ligue 1.

Todo comenzó en junio, cuando el único club francés con una Champions en su haber anunció la contratación de Roberto de Zerbi. El italiano, uno de los entrenadores emergentes del fútbol europeo, no titubeó ni un instante para aceptar la proposición del conjunto galo, que le prometió, nada más firmar, dotarle de certezas para que pudiera desarrollar su ofensivo, vistoso estilo de juego.

Desde entonces, los fichajes no han cesado. El último, Elye Wahi, delantero del Lens, que aterrizó por un montante que asciende a 30 millones de euros, 25 millones fijos, pagables en distintos años, y cinco en variables. Tras haber sondeado a Nketiah y Moukoko, finalmente la dirección deportiva, en la que se encuentra Benatia, exjugador del OM y del Bayern, entre otros, se decantó por el internacional francés sub 21.

Wahi ha sido la guinda al pastel de un mercado estival en el que se han fraguado varios movimientos de renombre. Entre ellos, Mason Greenwood, que aterrizó en el sur de Francia por 26 millones de euros. El inglés, descartado por el United, recuperó la sonrisa la temporada pasada en España, en el Getafe, por lo que la ilusión es máxima en una de las hinchadas más pasionales de todo el fútbol francés.

A Wahi y Greenwood hay que añadir otros perfiles, como Valentin Carboni, promesa del fútbol argentino, cedido por el Inter con una opción de compra de 36 millones de euros. Højbjerg, clave hasta hace muy poco en el Tottenham, Ismaël Koné, Cornelius, Gerónimo Rulli, portero titular de esta temporada, de Lange o el prometedor central, Brassier, que fue revelación con el Brest la temporada pasada, han engalanado todavía más el Marsella, consumando un equipo extraordinario que, aunque necesitará tiempo para acoplarse a los principios de De Zerbi, rebosa ilusión antes del arranque de la Ligue 1, el domingo ante el Brest.

Pero no solo se ha desenvuelto bien Pablo Longoria en términos de fichajes, sino que las finanzas, uno de sus fuertes, han equilibrado las cuentas antes del final de mercado. Si el Marsella ha desembolsado 80 millones de euros, es en parte porque ha recaudado casi la misma cantidad, 76 millones, en concepto de ventas. Salidas como Ismaïla Sarr, Iliman Ndiaye, Vitinha, Guendouzi, Aubameyang o Clauss le han dado margen de maniobra al dirigente asturiano, que ha vuelto, en tiempo récord, a fraguar un equipo competitivo. Otros como Pau López, Mbemba u Ounahi podrían haber salido y dejado una importante cantidad de dinero, pero sus negativas a marcharse han paralizado, en parte, algunas operaciones en agosto.

La estabilidad del Marsella sigue siendo, será esta temporada, el principal obstáculo para que sueñe en grande un club que acarrea 12 años sin saborear un título. De Zerbi, por el que hay una expectación extrema, casi sin precedentes durante la última década, deberá trasladar al terreno de juego toda la calidad que le han brindado los dirigentes. El domingo, en Brest, a las 17:00 horas, arranca la revolución del OM, el histórico dormido, el león que quiere volver a rugir, el único equipo francés que sabe lo que es lograr una Champions League.

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