Revolución en “la peor selección del mundo”

Este de Italia. Suelo interior transalpino. Un país con un territorio diez veces más pequeño que Madrid, y que es reconocido históricamente en el fútbol, no tanto por ser la República más antigua del mundo ni por ser el país de nacimiento del mítico Massimo Bonini, sino por haberse postulado como “la peor Selección del mundo”. Sí, se trata de San Marino.

Una bonita geografía montañosa, y un aún más sorprendente Monte Titano que corona el país con la Fortaleza de Guaita. En lo que siempre ha sido la cuna del automovilismo italiano, la Emilia-Romaña, y por muchos años un lugar al que grandes fortunas acudían por las favorables reglas de control financiero, se ha erigido un nuevo factor deportivo que ha ganado renombre en los últimos años y mueve pasiones movilizando a aficionados a nivel internacional: su Selección de fútbol.

Presa de goleadas en cada visita durante casi toda su historia, cada día de partido es una fiesta. “Nunca se sabe cuándo puede llegar una victoria de San Marino”, ese es el lema. Eso sí, se trata de una situación futbolística que ha experimentado un desarrollo notable con una primera victoria oficial en 2024, y más tarde, con la clasificación a la categoría C de la UEFA Nations League como líder de grupo ante Liechtenstein y Gibraltar. Y de un país particular, un sistema deportivo particular. “San Marino tiene una cosa fascinante para mí: te ofrece la oportunidad de jugar contra grandes jugadores y grande selecciones siendo un chico común”, comenta Andrea Nardoni, director de Marketing de la FSGC (Federazione Sanmarinense Giuoco Calcio), a AS.

Un país de oportunidades

San Marino ostenta un modelo de sector juvenil unificado, algo casi único a nivel internacional. Todos los clubes locales participan en un mismo sistema juvenil coordinado, con objetivos compartidos de formación, y con la unificación de los recursos deportivos y entrenadores para maximizar el desarrollo de talento, ya que no hay suficiente población para mantener academias separadas por club. De ahí, los mejores jugadores juveniles pasan directamente al sistema nacional, lo que fortalece la selección sub-19, sub-21 y absoluta. Claro, existe cooperación entre clubes y federación, algo poco común en países grandes, donde las academias compiten entre sí.

Estos chicos que ascienden a las categorías superiores, tienen dos vías de exposición internacional. La primera, jugar en la Selección, enfrentándose a selecciones de primer nivel como Austria o Rumanía. “Los jugadores ofrecen un rendimiento muchísimo mayor que fuera en sus clubes, lo tenemos estudiado desde hace unos años. Ese el crecimiento. La emoción de todo, la camiseta, representar a su país… Dan más de lo que piensan que tienen. Todos los partidos, hablo de todas las categorías, hacen crecer a nuestro país por ese desempeño que sacan fuera los jugadores una vez llegan las citas internacionales”, añade Nardoni.

La segunda, jugar en el Campeonato local, ya que, la entidad que gana la Liga va a previas de Champions, y el que levanta la Copa o vence el playoff final de Liga, va a Conference League.

Selección de la que no burlarse, porque hay mucha gente detrás trabajando para que todo salga adelante

Andrea Nardoni, director de Marketing de la FSGC

Eso sí, no es una estructura fácil. Hay problemas de peso: “nuestra principal preocupación son los números. Tenemos más de dos mil miembros, en un país de 30.000 habitantes, o sea que si piensas en números, son importantes. En una cuestión matemática, en un contexto así de pequeño, las diferencias porcentuales inciden mucho. En un lugar como San Marino donde hay una natalidad que está descendiendo, nuestros números pueden tener una influencia negativa de este hecho. Nuestra preocupación hoy es esa. Debemos buscar el mejorar la participación en torno a la Federación, porque claramente para nosotros, perder 10 chicos, es bastante más importante que perderlos en cualquier otro país como Italia, España… Es importantísimo no perder a nadie por el camino, y encontrar una solución para cada chico que ya esté involucrado en nuestro mundo futbolístico. Si no gusta el fútbol 11, va al futsal, o en cualquier otra función”, confiesa Andrea Nardoni a este diario.

Otra de las preocupaciones, según el propio Nardoni: “otra dificultad es tener credibilidad desde un punto de vista técnico. Es la cosa más difícil para nosotros hoy. El hecho de dar a conocer a San Marino por algún factor técnico. En los 80’s, todavía no existía nuestra afiliación con la UEFA. Años más tarde San Marino tenía una estrella que no solo era famoso a nivel continental, sino a nivel mundial, Massimo Bonini. Antes por lo menos podíamos agarrarnos a ello, porque Bonini era Bonini, a él se le conocía. Entonces, la dificultad nuestra ahora es la de sacar un jugador de alto nivel y que se produzca una situación similar. Obviamente es difícil… Además de otros problemas de la vida cotidiana que claro, lo dificultan todo”.

Situación actual del país

“San Marino vive un momento de transición. Tiene la necesidad de representarse en un modo diferente. Es un país tan pequeño como bonito, desde un punto de vista del medio natural, y el turismo nunca ha faltado, por lo que principalmente se podría vivir de ellos… Eso es lo que se está intentando mejorar. Y luego, desde mi punto de vista, San Marino, por las propiedades que tiene en sí como país, puede llegar a ser un pequeño foco de innovación. Eso es lo que se está intentando llevar a cabo realmente tanto a nivel de sociedad, como a nivel del sector futbolístico. Si haces un proyecto demasiado líneas, sin innovar, nadie se fijará en el país”, expone a este diario Andrea Nardoni.

La ‘tifosería’... ¡extranjera!

Para otro país puede ser extraño que el mayor número de aficionados no sea de su propia nación… Pero comparando los 34.000 sanmarinenses con el arraigo, el número de aficionados que asisten a los encuentros, y también el de seguidores a través de redes, hay más influencia desde fuera que desde dentro. Por ejemplo, el grupo de animación que siempre se sitúa en la tribuna del Estadio Olímpico de San Marino está formado, en gran parte, por aficionados que no son sanmarinenses. Italianos, centroeuropeos… Que se desplazan por el ‘romanticismo’ de esta historia. Desde la FSGC se desea que esta sea la narrativa, sin demasiada burla, pero como un ‘equipo simpático’. Además, existe una cuenta no oficial con alrededor de 378.000 seguidores. Una amplísima comunidad que, quizá, nunca ha pisado el territorio transalpino.

“Estamos buscando mantener el tono de ‘Selección simpática’, pero muchas veces el sono de simpatía sobre San Marino acaba siendo un movimiento en el que se pone en duda la credibilidad y la fuerza del país. Cada día sacamos adelante proyectos de comunicación con el objetivo de no exagerar desde el punto de vista de ‘Selección simpática’. Selección de la que no burlarse, porque hay mucha gente detrás trabajando para que todo salga adelante”, aclara en AS Nardoni.

Relaciones exteriores: UEFA / Italia

UEFA arropa al país sanmarinense. Estas pequeñas selecciones forman parte de un programa llamado UEFA Grow, en el que estas naciones obtienen ayudas económicas y organizativas. Por ejemplo, los sponsors o la organización de los partidos los lleva UEFA. Fruto de este programa, también nace su equipación oficial. La marca que portan también la llevan el resto de selecciones pertenecientes al programa. Unos lazos estrechados con beneficios para ambas partes.

En cuanto a Italia. Limitados literalmente en lo territorial por el país transalpino, los sanmarinenses conservan una gran “hermandad” con Italia. Nardoni comenta que ambos países son “como primos”. Por ejemplo, los equipos de la academia juvenil unificada de San Marino compiten en campeonatos italianos, con acuerdos que llegan a datar desde los 80. “Las relaciones son estrechas, fuertes. San Marino tiene su autonomía y su autosuficiencia, pero obviamente depende de algunas cosas de Italia”, dice el director de Marketing de la FSGC. Hay que recordar que la costa más cercana de San Marino es la adriática, concretamente en Rimini.

Día de partido

Este diario pudo asistir al San Marino - Austria de clasificación al Mundial. Las calles del país, inundadas de camisetas rojas del lado austríaco. Además, se habilitó para los centroeuropeos la grada, casi al completo, opuesta a la de presidencia. Unos 2.000 aficionados extranjeros que se desplazaron al Estadio Olímpico de San Marino. Fueron organizados paquetes de viaje, autobuses directos de ida y vuelta (para volver justo después a Austria), y ‘fan-zone’ en los aledaños del propio Estadio. Suena extraño, pero había más aficionados visitantes que locales. Un ambiente de locura.

El resultado, 0-4 para Austria. Eso sí, Colombo, portero de los locales, detuvo un penalti que se celebró como una victoria. Porque la victoria para San Marino es otra cosa, según cuenta Nardoni: “ganar para San Marino es acercarse a la victoria, haberlo dado todo. Puedes que los resultados no lleguen, claro, pero ganar es haber emocionado a alguien, haber acercado a cualquier niño a San Marino. Eso para nosotros son victorias. Garantizar un futuro al fútbol sanmarinense y también en términos de pasión. Aunque cuando esperas tanto tiempo que los resultados lleguen, este ‘speech’ también es fatigoso de entender”.

¿Clasificación para el Mundial?

Sí, la Selección blanquiazul podría ir al próximo Mundial de 2026. Aquí es clave la UEFA Nations League. San Marino quedó primera en la fase de grupos de esta competición y ascenderá a Liga C. Teniendo en cuenta que son líderes, podrían entrar en ‘la repesca’ de clasificación al Mundial, ya que los líderes de los grupos de clasificación cumplen casi todos los cupos de repesca, solo falta Rumanía. Si Rumanía es líder del grupo de clasificación por delante de Bosnia, San Marino pasaría a ‘la repesca’. Para ello, los rumanos deberían ganarle a Bosnia y también ganarle la diferencia de goles, que llevan perdida de momento por 3 goles abajo. La clave: San Marino y Rumanía se enfrentan el próximo 18 de noviembre, y si cae goleado el primero de ellos y el segundo gana la diferencia de goles a los bosnios, habría plaza en el cupo de repesca para los sanmarinenses. Después, claro, ganar la repesca para el Mundial. Hay opciones, remotas, pero las hay.

Para Nardoni, una locura: “digamos que sería muy bonito… Estaría en ‘shock’ solo de pensar que está cerca esa opción, porque la distancia en la ‘repesca’ también es elevadísima, pero bueno, los partidos duran solo 90 minutos… (risas). Quién sabe. Para nosotros eso sí, la realidad está en jugar el año que viene la Nations League en división C. Es una oportunidad total de mostrarse al mundo futbolístico. No debemos olvidar ese tipo de cosas, lo que es nuestra realidad”.

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