Pinchazo sin Mbappé

Luis Enrique debutó oficialmente como entrenador del PSG con un empate a cero contra el Lorient en el Parque de los Príncipes. Bajo la mirada atenta de Kylian Mbappé, que presenció el partido en el palco, el técnico asturiano no comenzó su andadura de la mejor forma posible en la capital francesa, evidenciando una falta de gol preocupante y sin prácticamente variantes ofensivas. Sin Messi, Neymar ni Mbappé, estaba claro que este equipo iba a ser mucho menos peligroso, además de necesitar tiempo, mucho tiempo. Las ocasiones brillaron por su ausencia y, aunque el primer tiempo fue bueno, el conjunto parisino fue diluyéndose poco a poco hasta ser incapaz de desarbolar el sistema de cinco defensas que le planteó su rival.

El exseleccionador español, que había reconocido en la previa que sus “hechos valen más que sus palabras”, dejó claro desde el primer momento que no se casa con nadie. En el once, dejó fuera a Marquinhos, capitán del equipo, para otorgarle el brazalete a Danilo, consolidado como central. El joven Zaïre-Emery, de 17 años, fue titular en el centro del campo y, en ataque, Asensio y Lee Kang-in acompañaron al recién fichado Gonçalo Ramos. El PSG comenzó el partido dominando, moviendo el balón de lado a lado y sometiendo al Lorient. La presión tras pérdida, una de las premisas de Luis Enrique en todos los equipos, descosió completamente al conjunto bretón, que no pudo salir de su campo prácticamente en todo el primer tiempo. Gonçalo Ramos, en el minuto 9, gozó de una gran oportunidad con la pierna izquierda, pero su remate fue repelido por Mvogo.

La pretemporada demanda tiempo a Luis Enrique, ya que a pesar de que su dominio fue total con la pelota, la realidad es que el Lorient, aunque no salió de su campo, apenas sufrió en defensa. Los de Le Bris, de hecho, pudieron adelantarse en el marcador justo antes del descanso, después de un error de Lucas Hernández en salida que acabó con un remate de Abergel al poste. La falta de físico y profundidad había apagado el huracán inicial del PSG. Obligado a reaccionar, Luis Enrique no tardó en agitar el árbol para buscar alternativas y tiró de dos españoles para intentar cambiar el partido, cada vez con menos ritmo y con un PSG mucho menos inspirado en ataque.

Carlos Soler entró por Vitinha y Fabián por Asensio, desaparecido ante los pocos espacios que dejó el sistema de cinco defensas del Lorient. El PSG seguía estrellándose contra un muro defensivo que cada vez se hacía más grande. Sin embargo, la entrada de Fabián Ruiz le dio un soplo de aire fresco a Luis Enrique, errando una oportunidad flagrante con la derecha en un remate a bocajarro y después sirviéndole a Hugo Ekitike, que no llegó a conectar bien el remate, un centro magnífico que era prácticamente una ocasión clara de gol. El gol se le resistió y el empate no se movió del marcador.