ITALIA | OSIMHEN

Osimhen se confiesa: desde la malaria al sueño de Nápoles

El delantero habló en ‘L’Equipe’ de su carrera: “Hubo un momento en el que nadie me llamaba. Nápoles me ha cambiado la vida…”.

AStv

Victor Osimhen está viviendo los días más felices de su vida, pero promete que “solo es el comienzo”. Llegar a convertirse en uno de los mejores delanteros del mundo y hacer que Nápoles, gracias a sus goles, volviera a sentirse el centro del mundo fue un periplo larguísimo, que el capocannoniere de la Serie A (21 goles en 23 presencias) contó en una larga entrevista a ‘L’Equipe’.

Infancia: “Lo que pensaba de pequeño era ayudar a mi familia. Perdí a mi madre con tres años... Pero estoy feliz de haber crecido en Lagos y haber pasado por momentos difíciles. Sin eso, no habría dejado el colegio para perseguir mis sueños”.

Europa: “Tras el Mundial sub-17 que ganamos en 2015 me empezaron a llamar los clubes y elegí al Wolfsburg. No todo funcionó bien, pero me ayudó a crecer y no hablaré mal de esa fase, que fue de aprendizaje. Los agradezco por haberme elegido. Fue traumático, me encontré solo allí y hace falta paciencia, sentí un vacío. A veces queremos ir demasiado rápido. Pasé de ser el máximo goleador del Mundial 2017 a un tío al que el teléfono nunca le suena”.

Malaria: “En verano de 2018 estaba enfermo, y luego se entendió que tenía malaria. Me llamaron del Zulte-Waregem y explicamos que no habría superado el reconocimiento médico. Dijeron que habríamos firmado de todos modos, pero llamaron de repente y la operación se rompió. Pasó lo mismo con el Brujas, el presidente me dijo que si el Zulte no me quiso, no podía arriesgarse él representando a un club más grande. Fue otro trauma. Luego apareció el Charleroi y no me lo creía. Siempre les estaré agradecido, allí renací. Marqué 20 goles y ya me quiso un top club de Italia, no diré cuál”.

Lille: “Galtier me preguntó cuántos goles habría marcado en mi estreno, dije dos y me respondió: ‘Ah, vas en serio’. Era un gran equipo: Ikoné, Bamba, Maignan... Había un gran ambiente. Y en el estreno marqué dos goles, contra el Nantes”.

Nápoles: “Fue como entrar en otro mundo, nunca había visto una hinchada así. Viven por el club, es parte de su cuerpo, de su corazón. En el vestuario les pregunté si lo que había vivido en mi llegada era real. Mertens y Koulibaly dijeron que aún no había visto nada... Su energía, Maradona, la ilusión que hay... Todo se nota. A veces rodean tu coche, todos te quieren ver, pero no me importa. Solo dan amor, y lo bonito es que hacen lo mismo con todos los jugadores. En un mundo tan frío, esto no pasa en todos los lados. Sabía que aquí podría llegar lejos. De Laurentiis, Giuntoli y Gattuso tuvieron paciencia conmigo, confiaron en mí”.

Nivel: “Sabía que podía alcanzar lo que estoy consiguiendo, pero necesitaba un entorno favorable. Drogba y Lewandowski eran mi sueño, y encontré el sitio donde todo encajó. Este sitio es Nápoles y solo es el comienzo”.

Spalletti: “En Italia todo es táctica, y lo que hizo Spalletti no es comparable con lo que vi en otras partes: ¡es un genio! Aún no han visto todo... Si un día logramos aplicar el 99% de sus ideas, destruiremos al rival”

Kvara: “Todo funcionó enseguida. Es un enorme talento, pero también un buen chico. Todos le adoran. No sé cómo describirlo, pero, cuando le vi jugar, entendí lo que nos podía dar. Solo puedo felicitarle”.

Cabezazos: “No era tan bueno, ahora dejo que el balón me controle. Mira el tanto con el Eintracht: dejé que el centro de Politano rebotara en mi cabeza y funcionó. Alguien pensó que no era potente lo suficiente, pero yo sabía que era imposible parar para Trapp. En el 99%, si sigues la trayectoria del centro, es gol”.

Lesión: “Con Skriniar fue como recibir un mazazo en la cara. Diez minutos después, me levanté y me llevaron al hospital. El médico me preguntó cómo podía seguir de pie... No quería operarme, pero tuvieron que reconstruir mi cara. Pasaron por mi boca, fue muy complicado y durante dos meses tuve una parte de mi cabeza como dormida. Poco a poco, y gracias a los médicos, todo regresó a la normalidad. Inventaron una máscara para mí y el lado que protege mi herida es durísimo. Ya no tengo miedo”.

Felicidad: “Ojalá los tifosi estén contentos como yo. Todo este entorno merece felicidad, me dieron la seguridad que un futbolista necesita. A veces regreso a Lagos para enseñarle a los pequeños que soñar es posible. Allí nadie cree en ti, en tus sueños: debes buscar todo solo. Quiero invertir en estructuras que los ayuden. No puedo contar más, pero grandes cosas van a pasar...”.

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