Nueva temporada, mismo United

Desde la temporada 2017-18, el Manchester United ha sido incapaz de ganar sus dos primeros partidos de liga. Después de deshacerse del Fulham por la mínima la pasada semana, los hombres de Ten Hag tenían una misión el sábado en el Amex Stadium. Volver a ganar. Zirkzee anotó el tanto de la victoria en la primera jornada, y en la segunda volvió a ser protagonista después de su intervención en un gol que debió ser de Garnacho, pero que terminó siendo invalidado. Fue Hürzeler, y no Ten Hag, quien celebró el segundo triunfo consecutivo al frente de su nuevo equipo, el Brighton. El entrenador más joven de la Premier League, con 31 años, ya suma seis de seis. El holandés ve cómo se repiten errores del pasado curso.

Ambos conjuntos arrancaron con cautela. Y con indecisiones como la que tuvo Amad en el minuto once. Recibió un centro medido de Dalot en el área, pero el atacante de 22 años dudó entre cabecear el balón o sacar un zapatazo. Tomó la segunda opción, y la pelota salió finalmente desviada. Directamente fuera. Empezó entonces un tímido toma y daca, hasta que la defensa del Manchester United tuvo un momento de desconexión sobre la media hora de juego. Welbeck aprovechó para, libre de marca, lanzarse al césped en el área pequeña, empujar el balón a la red ante la parsimonia visitante, poner a los suyos por delante y alcanzar el centenar de goles en su carrera.

Apretó el United, que creyó haber golpeado inmediatamente. Pero las celebraciones de Rashford se vieron interrumpidas después de que el colegiado anulase su tanto por fuera de juego. Steele respiró. Su gran parada no había podido evitar que el balón quedase franco ante el atacante inglés. Se salvó. Luego se le acumuló el trabajo, pero solo hasta el final del primer tiempo.

Fueron los locales quienes arrancaron mejor tras la reanudación. Dispuestos a poner tierra de por medio bajo una lluvia torrencial. Dalot achicó agua en el minuto 52 sacando un balón sobre la línea que ya había superado a Onana. Welbeck gozó de dos ocasiones más, disparando fuera en la primera y cabeceando una falta lateral contra el larguero. La entrada de Zirkzee no tuvo efecto, pero el guion del partido cambió entonces contrapronóstico.

Amad se rehízo de la ocasión desaprovechada en el primer tiempo llegando raudo al área del Brighton, haciendo un recorte y mandando un disparo al palo largo con pierna izquierda. Empató con el segundo gol de su carrera. Revivió el United. De la nada. Más aún con la entrada de Garnacho. El argentino subió por la izquierda a veinte minutos para el final. Fernandes cruzó el balón y Garnacho disparó a puerta vacía antes de salir disparado hacia el banderín de córner. Debió ser el gol de la victoria, pero no valió. Su disparo dio en Zirkzee, que había seguido la acción por el centro. Sin querer, y sin poder evitarlo, el holandés fue el último en tocar el esférico, sobre la línea, y en fuera de juego.

Quedó claro entonces que a ningún equipo le satisfacía el punto. Ambos querían más. Hürzeler y Ten Hag dieron entrada a Enciso, Rutter, McTominay y Antony entre otros. Hubo músculo. Hubo pulso. Y hubo, nuevamente, desconexión de la defensa visitante. En el quinto minuto del tiempo añadido, tras el cuarto intento seguido del United de despejar la pelota después de un córner. Adingra picó el esférico por encima de una nube de futbolistas que se acumulaba en el centro del área. Todos miraron. Solo uno reaccionó. Pedro salió hacia el segundo palo, aprovechando nuevamente la pasividad del United atrás. Solo de marca, el brasileño ganó el partido para el Brighton. Sobre la bocina.

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