FRANCIA | PSG

Nubarrones negros en el PSG

La última eliminación de la Champions vuelve a cuestionar el proyecto de Nasser Al Khelaïfi en París y el futuro de varios de sus mejores jugadores.

París (Francia)

El PSG vive cada temporada como un bucle, una burbuja sin freno, un alambre que no para de estirarse, que le impide vivir de forma tranquila en el ámbito interno. El conjunto parisino firmó su sentencia en la Champions League otro año más en los octavos de final y tiró por la borda un proyecto al que únicamente se le mide por su desempeño en Europa. Eliminado, también en octavos, de la Copa de Francia, el único objetivo que le resta para la temporada es ganar la Ligue 1, un campeonato que se le queda pequeño y que no sirve como baremo para medir las aspiraciones del proyecto parisino.

Como ante el Real Madrid hace un año, el PSG se despide de la Champions sin tan siquiera haberse acercado a ella. Lo hizo en Múnich, ante el Bayern, un equipo que le pasó por encima durante los 90 minutos y que apenas sudó tinta para clasificarse a los cuartos de la máxima competición europea. El proyecto, que ha decepcionado completamente en dos años con Messi o Sergio Ramos en la plantilla, se tambalea en un año en el que si algo se quería evitar era una debacle en la Copa de Europa.

Galtier, contra las cuerdas

Como es habitual en el PSG, el principal culpable y el cabeza de turco de las decepciones europeas es el entrenador. El año pasado, Mauricio Pochettino fue destituido en el mes de junio y ahora Galtier va camino de emular el camino de su predecesor. El francés, de 56 años, no ha conseguido asentar un estilo de juego que potencie a sus estrellas y Al Khelaïfi, que siempre abogó por fichar a Zidane, no considera que cumpla los requisitos para entrenar al conjunto capitalino.

Antes de la eliminatoria frente al Bayern, justo en los días en los que el PSG rozaba el alambre con derrotas continuas en Francia, el nombre de Thomas Tuchel apareció en el horizonte. El alemán mantiene una gran relación con el presidente del PSG y falta saber si está dispuesto a volver a un equipo en el que salió por la puerta de atrás por los berrinches de Leonardo. Esta eliminación de Champions deja contra las cuerdas a Galtier, la firme apuesta de Luis Campos, cuyo futuro sigue en el aire.

Campos, muy criticado con el mercado

Luis Campos fue fichado por el PSG hace un año para que hiciera la labor de consejero deportivo. El portugués, avalado por su extraordinario trabajo en el Mónaco y el Lille, con el que ganó dos ligas, se incorporó a la disciplina parisina a petición de Kylian Mbappé. Campos fue la figura paternalista del crack de Bondy en El Principado y ese fichaje se entendió como otro guiño al jugador por el que había hecho lo imposible el club para renovarle.

Sin embargo, los buenos presagios se esfumaron en apenas meses. Luis Campos no pudo fichar a jugadores que había pedido Mbappé como Lewandowski, Ousmane Dembélé o Tchouameni y el delantero tuvo que conformarse con otros futbolistas que, indudablemente, no le dieron al PSG un salto cualitativo. Limitado su margen de maniobra por el Fair-Play Financiero, el luso incorporó a Vitinha, Fabián Ruiz, Carlos Soler, Ekitiké, Mukiele y Renato Sanches, fichajes interesantes, pero no para un aspirante a ganar la Champions como se supone que es el PSG.

Para colmo, el consejero deportivo del club vivió en invierno un episodio que podría haberle sentenciado en el cargo. Después de vender a Pablo Sarabia, Luis Campos no supo encontrarle un sustituto en 15 días para reforzar el sector ofensivo. Cerró a Ziyech el 31 de enero, pero el Chelsea envió mal los documentos y su contrato no se pudo homologar. Skriniar tampoco llegó y, aunque el central fichará en junio, la urgencia para contratarle era real. Prueba de ello la segunda mitad ante el Bayern, con el joven Bitshiabu terminando el partido como central izquierdo Según L’Équipe, el PSG quiere esperar y le dará una segunda oportunidad en el próximo mercado, por lo que a priori, porque en este equipo nunca sabes lo que puede ocurrir, deberá seguir en el cargo.

Messi, ¿y ahora qué?

Leo Messi sigue sin renovar con el PSG y las sensaciones en París son cada vez más distantes respecto a su futuro. En diciembre, el rosarino llegó a un principio de acuerdo con Al Khelaïfi, pero faltaba darle forma y establecer la duración de su nuevo contrato. Sin embargo, esa firma se ha ido dilatando con el paso de los meses, por lo que su continuidad en la capital francesa pende de un hilo, más si cabe tras el naufragio europeo en Múnich.

El PSG reflexiona si realmente merece la pena renovarle. En caso de que no, liberaría una ficha importante de salario y eso le permitiría a Luis Campos disponer de un mayor margen de maniobra para acometer fichajes en el mercado estival. En dos años, el conjunto parisino no ha podido pasar de los octavos de final de la Champions con Messi, Neymar y Mbappé en la plantilla, por lo que las dudas de Al Khelaïfi en torno a su continuidad se incrementan con el paso de las semanas.

Ramos, la gran incógnita

Tanto Luis Campos como el PSG supeditaron la renovación de Sergio Ramos a su desempeño en la eliminatoria de Champions contra el Bayern de Múnich. El camero ha sido, sin duda, una de las pocas noticias positivas, por no decir la única, de un doble enfrentamiento que ha sacado a relucir las carencias de plantilla. Tanto en el partido de ida, en París, como en el de vuelta en Múnich, el defensa andaluz sacó a relucir su experiencia, imponiéndose en la mayoría de los duelos defensivos e incluso erigiéndose como la única amenaza ofensiva de los de Galtier.

De momento, Sergio Ramos no tiene noticias del PSG. Ni Luis Campos ni Nasser Al Khelaïfi se han puesto en contacto con el excapitán de la selección española para dirimir respecto a una eventual ampliación de contrato. El futbolista, entretanto, está tranquilo. Sabe que se ha ganado negociar la renovación y la lesión de Kimpembe, que no volverá hasta noviembre a competir, le abre las puertas de seguir en París. Con la llegada de Skriniar, en Francia se entendió que era un adiós anticipado de Ramos, pero la realidad es que todavía tiene cuerda para rato.

Mbappé debería seguir

Después de la eliminación del PSG en manos del Bayern de Múnich, Kylian Mbappé reconoció que la eliminatoria “no tenía incidencia en su futuro”, pero que “ya veremos que pasa después de intentar ganar la Ligue 1″. A priori, el internacional francés deberá continuar en la capital francesa, después de haber renovado por dos años (y otro opcional) en mayo de 2022 y siendo consciente de que su club no le dejará salir en verano ni aunque lo solicite formalmente.

Desde Qatar, concretamente Al Khelaïfi, se han dado cuenta de que el PSG debe centrar el proyecto en torno a él y olvidarse de las demás estrellas. El año pasado no pudieron brindarle un equipo competitivo, condicionado, por supuesto, por el Fair-Play Financiero, pero las posibles salidas de Messi y Neymar permitirían a Luis Campos disponer de más recursos económicos para brindarle a Mbappé un equipo que juegue para potenciarle. El tiempo dirá, pero todo indica a que el talento de Bondy seguirá la próxima temporada en la capital francesa.

Qatar quiere fuera a Neymar

Después de su última lesión en el tobillo, que le mantendrá alejado de los terrenos de juego hasta la próxima temporada, al PSG se le ha terminado la paciencia con Neymar. Qatar le puso a la venta en el último mercado estival, pero ningún club europeo podía asumir la importancia fichar salarial del brasileño. El escenario ahora es idéntico, ya que el jugador no contempla salir de París y los dirigentes deberán encontrar una fórmula para intentar convencerle.

En julio, el ‘10′ del PSG ejecutó automáticamente una cláusula que le renovaba hasta 2027 de forma unilateral, poniendo de manifiesto su intención de cumplir la totalidad del contrato. Meses después, en febrero, justo antes de la eliminatoria contra el Bayern, se habló de que el Chelsea se había reunido con los parisinos para hablar de su fichaje, pero fue un espejismo. Con un tobillo convaleciente, gangrenado por las continúas lesiones que acumula, es difícil imaginar un escenario en verano en el que Neymar deje París.

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