Nkunku se une a la fiesta de Modric

Bajo la mirada sonriente de Füllkrug en la tribuna, a la espera de que sea el 2 de enero y pueda considerarse oficialmente un jugador rossonero, en San Siro el Milan cerró el año solar con el partido contra el Verona.

Muchos toques en el centro, pero poco espacio para el Milan en los primeros minutos, durante los cuales el Verona se mantuvo a la defensiva en su área hasta el 8’, cuando Bernede intentó una escapada por la izquierda y Rabiot tuvo que sacrificarse para evitar problemas mayores. Más allá de este destello, el partido tuvo dificultades para arrancar, principalmente debido a los escasos espacios disponibles, que limitaron el ritmo sobre todo del Milan.

El Verona se benefició de esto principalmente hasta el 20’, cuando Loftus-Cheek tuvo una oportunidad con la derecha que el equipo de Zanetti gestionó bien. La situación cambió abruptamente en el 46’ gracias a los jugadores clave de Allegri, que dieron la vuelta a la situación con el único disparo directo de los rossoneri: un córner de Modric desde la derecha, Rabiot encontró el camino y asistió a Pulisic, quien marcó el 1-0 a dos pasos de la portería.

Fue otro partido desde el 46’ y ahí fue cuando llegó la ansiada victoria personal de Nkunku, en quien Allegri reafirmó una vez más su confianza tanto por voluntad como por necesidad. Ayudado por la falta de Nelsson sobre el delantero en el área, el jugador se acercó al punto de penalti y marcó su primer gol en la Serie A. Infló su globo, lo que desencadenó su ya famosa celebración. Y, por si alguien se la perdió, el francés la repitió apenas cinco minutos después marcando el 3-0, tras una jugada de Modric. El croata disparó con la zurda desde la frontal del área y Nkunku aprovechó el rechace en el área pequeña para rematar.

El cálido abrazo de sus compañeros y la energía de su doblete hicieron de Nkunku un jugador diferente en el campo y se hizo evidente en su participación con personalidad en el ataque, interceptando repetidamente los pases de Pulisic y Modric. Su aventura italiana probablemente comenzó hoy, ya que incluso intentó colocar a Loftus-Cheek delante de Montipò quien, sin embargo, lo detuvo a tiempo.

Desde el tercer gol, el nivel de ambos equipos bajó: el Milan, satisfecho, controló el partido sin falta de aliento y el Verona estaba claramente tocado. Esto no le sentó bien a Allegri quien, desde el banquillo, pidió a sus jugadores concentración para evitar el peligro, mientras que detenía el ritmo con varias sustituciones. De todas maneras, el equipo local se aseguró los tres puntos, manteniéndose en la cima de la tabla en la única competición a la que todavía aspira en esta temporada. Pero, sobre todo, recuperó a Nkunku.

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