Moyes salva la papeleta

El West Ham se lleva el partido de las urgencias. Tres puntos que tanto los Hammers como el Southampton querían y necesitaban pero que, por momentos, nadie se atrevió a reclamar. El solitario gol del encuentro fue obra de Nayef Aguerd, quien tuvo que esperar a la revisión del VAR para celebrar su primer tanto como jugador del West Ham. Entre la primera y segunda mitad dos ocasiones, una para cada equipo, se estrellaron en larguero, pero poco más. Las acercamientos escasearon casi más que el fútbol desplegado por londinenses y Saints sobre el césped del London Stadium.

El equipo de David Moyes saca la cabeza del pozo y pasa de la 19ª a la 14ª posición de la tabla en la Premier League, aunque la ventaja sobre el descenso sigue siendo mínima. Un agujero en el que está cada vez más hundido el Southampton. Los de Rubén Sellés encadenan su cuarto partido consecutivo sin conocer la victoria y permanecen colistas, con 23 puntos, a tres de la salvación.

La espera mereció la pena

Más miedo que fútbol. La delicada situación que atraviesan ambos equipos, los dos últimos clasificados de la Premier League separados por un punto, condicionó a Hammers y Saints durante los primeros compases de partido. Pocos desplazamientos en largo, ni un pase entre líneas y prácticamente ningún acercamiento digno de destacar. Lo dicho, más miedo que fútbol. Ante una propuesta excesivamente conservadora, el silencio y la indiferencia se apoderó de las gradas del London Stadium durante buena parte del choque.

Sin embargo, con el paso de las minutos, la desidia de los pupilos de David Moyes sí que despertó, para mal, a la grada local. Cada pase hacia atrás que frenaba una contra, cada error no forzado en la construcción del juego, era castigado con abucheos por parte de la afición Hammer. Fue entonces, a los 25 minutos de partido, cuando los pitos dirigidos a sus jugadores encontraron en el VAR a su nuevo destinatario.

Casi cinco minutos tuvo que esperar Nayef Aguerd para celebrar el 1-0 a favor del conjunto londinense. El tanto del defensor marroquí, tras un gran cabezazo en una jugada a balón parado, fue anulado en primera instancia por posición antirreglamentaria. La acción fue chequeada por el árbitro de VAR y, tras más de cuatro minutos de espera, Paul Tierney dio el tanto al West Ham. Durante este tiempo, se pudo respirar y casi masticar la tensión de los seguidores Hammers.

Poco habrían tardado en volver los pitos si no fuera porque Lucasz Fabianski evitó el tanto del empate con una buena intervención en la jugada inmediatamente posterior al 1-0. Aunque quienes estuvieron más cerca de ver portería antes del descanso fueron los pupilos de David Moyes. Ya en el tiempo de descuento, el disparo con rosca de Jarrod Bowen se estrelló con el larguero de la portería defendida por Gavin Bazunu. Los Saints seguían con vida en el London Stadium.

Sin tensión ni goles

El trabado e impreciso arranque de la segunda mitad no mejoró lo visto durante los primeros 45 minutos, pero la necesidad de sumar de tres por parte de ambos conjuntos seguía siendo la misma. La entrada en el terreno de juego de Kamaldeen Sulemana fue lo único que hizo despertar al equipo de Rubén Sellés, y es que alcanzada la hora de partido, los Saints apenas habían tirado una vez a portería.

Si bien el superar la barrera de los 60 minutos podía ser un punto de inflexión para el cuadro visitante, quienes dieron un paso al frente y empezaron a merodear con asiduidad el área rival fueron los jugadores del West Ham. El conjunto Hammer no podía permitirse desperdiciar la ventaja conseguida durante la primera mitad y metió una marcha más. Las ocasiones no eran de excesivo peligro, pero sí consiguieron frenar las incursiones visitantes.

Lo más preocupante para ambos equipos, aunque más si cabe para el Southampton, fue la falta de tensión en el partido. Los jugadores no transmitían sobre el césped del London Stadium el estar jugándose la salvación a falta de 10 partidos para la conclusión de la temporada. Hubo que esperar hasta los últimos cinco minutos de partido para ver la primera gran ocasión de los pupilos de Rubén Sellés. De igual manera que le ocurrió al West Ham en los primeros 45 minutos, esta vez fue el cabezazo de Paul Onuachu, a centro de James Ward-Prowse, el que se topó con el travesaño de la portería Hammer. Con el pitido final, y el 1-0 en el marcador, los seguidores locales respiraron aliviados.