Inoperante Mourinho

José Mourinho pasó sin pena ni gloria en su regreso al Estadio do Dragão. El entrenador luso, que ya vivió otro reencuentro el pasado martes en su visita al Chelsea, se llevó un punto y sigue invicto en liga en su segunda etapa al mando del Benfica. El soporífero empate a cero acaba con el puntaje perfecto de un Oporto que no contó con las mejores versiones de su clan de españoles en O Clássico. Mora estuvo a punto de llevarse las portadas en los últimos minutos, pero el palo salvó a ‘Mou’ y compañía.

Los locales salieron a hacer respetar la casa. Con un punto más de intensidad, marcaron territorio y no le permitieron a los zagueros sacar el balón jugado desde atrás. Borja Sainz fue clave en esa presión alta saltando a por António Silva y Dedić en cada posesión. A partir de ahí se hizo grande el equipo de Francesco Farioli, que se hizo con la posesión de balón y tuvo más claridad que las Águilas en la mayoría de sus intentos ofensivos.

Más allá de algún acercamiento del equipo de Mourinho, fueron los Dragones los que más cerca estuvieron del gol, aunque Trubin no tuvo que intervenir en demasiadas ocasiones. En términos generales, a la primera mitad más bien le faltaron highlights y le sobró roce; diez faltas en total -siete de los visitantes- que obstaculizaron continuamente las asociaciones.

El Benfica dio un paso adelante tras volver del descanso, le quitó la pelota al Oporto y los obligó a retrasarse varios metros. Esa posesión no se tradujo es peligro; de hecho, seguían siendo los de Farioli los que generaban más peligro, aunque tampoco inquietaban demasiada a la zaga roja. Los minutos pasaban, el balón se movía de lado a lado y las defensas se imponían.

Kiwior estuvo a punto de llevarse el blooper de la jornada en un tiro libre lejano del Benfica que condujo al centro al área y, al intentar despejar, una pifia del polaco terminó con el esférico estrellándose en el larguero. Esa jugada, que se dio antes del 65′, fue la última -y la única quizás- que despertó emociones. Después de eso, más allá de una mano del Oporto en su área en el 75’ que el árbitro no consideró suficiente para pitar la pena máxima, el encuentro tuvo poca historia que contar... hasta que apareció Mora. El joven del Oporto tomó la pelota en un contraataque en el segundo minuto del descuento y armó un disparo ajustado a la escuadra, pero el travesaño ahogó el grito de gol de los locales.

La actuación de los españoles pasó desapercibida. Samu cortó una racha de tres partidos seguidos marcando en liga y su poca participación en el juego lo llevó a salir sustituido por Deniz Gül a falta de un cuarto de hora para el final; Gabri Veiga salió diez minutos antes -entró en su lugar Pablo Rosario- y Borja Sainz sí que terminó el partido en la cancha, pero tampoco tuvo mayor impacto más allá de aquel tramo inicial.

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