Monstruoso Bono

Arabia Saudí ha cambiado a Yassine Bounou, conocido futbolísticamente como Bono. Al contrario que Karim Benzema, que saborea el amargor de una temporada sin títulos y prácticamente con más problemas extradeportivos que alegrías sobre el campo tras llegar como flamante Balón de Oro, el portero marroquí se ha reencontrado paradójicamente con su mejor versión alejándose de la élite. “No fui yo. Tuve que sacar fuerza y toda mi experiencia, pero no podía porque anímicamente no podía seguir aquí. Necesitaba un cambio para mi salud mental”, explicó a los medios de comunicación del Sevilla como motivo a su salida del club.

Su nivel en el Ramón Sánchez-Pizjuán fue escalando hasta convertirse en uno de los mejores porteros del mundo, como evidencia el interés del Bayern de Múnich y el Real Madrid y su estelar papel en el Mundial de Qatar, donde ganó el Guante de oro, o en la séptima Europa League del Sevilla. También fue galardonado como el tercer mejor portero para la FIFA. Su cabeza, sin embargo, no funcionaba por “cuestiones familiares”, por lo que decidió abandonar el Sevilla por “amor al club”, como él mismo remarcó. En Riad, en Al Hilal, Bono vuelve a sentirse Bono. Alejarse para encontrarse. Y a Yassine le ha funcionado. “Vengo al fútbol árabe con la intención de hacer historia”. Y vaya que si lo hizo, anotando su nombre incluso en el Libro Guinness de los récords, siendo el candado de esa monstruosa racha de 34 partidos consecutivos ganando y 42 invicto y por el que fue hasta felicitado por el Sevilla.

Pero no son sus únicas hazañas en su temporada de aterrizaje en Arabia. Si Cristiano Ronaldo y sus 29 goles ponen cara al máximo goleador de la Saudi Pro League, Bono lo hace al de los porteros menos goleados. 0,6 tantos encajados por partido promedia el exportero sevillista con Al Hilal, adornado brillantemente por hasta 20 cleen sheets (portería imbatida), como dirían los ingleses. Es decir, en el campeonato doméstico, por ejemplo, únicamente han conseguido batir al marroquí en siete choques. En su última temporada en Nervión, lució un promedio de 1,6 tantos encajados y únicamente siete partidos imbatido.

Es verdad que no es no es el que más paradas realiza del campeonato -en poder de Jacob Rinne (Al Fateh)-, propiciado por la propuesta dominadora del conjunto dirigido por Jorge Jesus, pero la estadística eleva la calidad de sus intervenciones. Los rivales le llegan poco (2,11 paradas por partido) pero cuando lo hacen, exhibe su estado de inspiración, con intervenciones clave. De hecho, casualidad o no, la derrota en la Champions asiática que enterró la racha invicta del equipo llegó sin el marroquí bajo palos y sí con Al Owais, guardameta titular de la selección saudí.

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