Martillazo copero al Arsenal

La Carabao Cup no es la competición del nuevo Arsenal. Si el curso pasado fue el Brighton quien apeó a los gunners de la Copa de la Liga a las primeras de cambio, en la 2023-2024, con los pupilos de Mikel Arteta luchando nuevamente por la Premier League y de vuelta en la Champions League, fueron los hammers los que se deshicieron de sus vecinos norteños con una contundente goleada (3-1).

Tres martillazos del West Ham ante un pobre Arsenal, que no gana la segunda competición copera de Inglaterra desde la temporada 1992-1993, que no estuvieron exentos de polémica. Aunque los gunners reclamaron un agarrón sobre Aaron Ramsdale en el 1-0, el cual no pudo ser revisado ya que no hay VAR hasta semifinales, los pupilos de Mikel Arteta tampoco pusieron mucho de su parte durante los segundos 45 minutos para darle la vuelta al marcador. Tan solo Martin Ødegaard, quien se apuntó el gol del honor.

Sin Manchester City ni Tottenham, eliminados en su primera ronda disputada respectivamente, el Arsenal deja escapar una gran oportunidad de sumar otro trofeo a la Community Shield lograda en el estreno de la 2023-2024. Una derrota, la segunda del curso entre todas las competiciones, que manda a los pupilos de David Moyes directos a los cuartos de final de la Carabao Cup.

Polémica sin VAR

Aunque Kai Havertz fue el primer en poner a prueba a Lukasz Fabianski con un cabezazo, el once del West Ham, más titular que el del Arsenal, que salió sin Martin Ødegaard, Bukayo Saka ni Declan Rice, contuvo a los pupilos de Mikel Arteta durante los primeros compases del encuentro. Hasta el punto de que fueron los hammers quienes inaugurarían el marcador a los 16 minutos.

Si los saques de esquina son la principal arma ofensiva del equipo de David Moyes es por algo. Incluso sin la participación de un jugador hammer. Ben White remató directamente hacia su portería el centro desde el córner de Jarrod Bowen y puso el 1-0 en el marcador. Problemas para el equipo del norte de Londres, a quien la no presencia del VAR perjudicó enormemente, ya que los gunners reclamaron una falta sobre Aaron Ramsdale.

Los pupilos de David Moyes pusieron en serios aprietos a la zaga visitante a la hora de salir jugando desde atrás. Los gunners, incómodos sin William Saliba ni las ayudas de Declan Rice, tuvieron que lidiar con la presión adelantada del West Ham y, en el caso de Aaron Rasmdale, con los aficionados locales, quienes metían presión al meta del Arsenal desde la grada. La primera parte que terminó sin más ocasiones para el Arsenal ni disparos a portería por parte de los locales, pero con el 1-0 en el luminoso.

Ciclón hammer

Por si había alguna duda de quién se había tomado más en serio la eliminatoria copera, los hammers se encargaron de disiparla. Mohammed Kudus inauguró los segundos 45 minutos con un golazo de bandera. Un control sutil con el tacón, tras un pase desde 30 metros de Nayef Aguerd, dejó el balón manso al atacante ghanés para que batiera a Aaron Ramsdale con un disparo raso. Una obra de arte que el propio Mohammed Kudus admiró desde la valla publicitaria.

Con el Arsenal totalmente K.O., los pupilos de David Moyes fueron a por más y, 10 minutos después del 2-0, en el 60′, llegó la sentencia. Un gol que no deja en buen lugar al arquero inglés del Arsenal. Jarrod Bowen engatilló un mal despeje desde la frontal y, aunque el disparo tocó levemente en un defensa visitante, Aaron Rasmdale no acertó a palmear el balón fuera de su portería.

Con el 3-0 campando en el marcador, Mikel Arteta quemó todas sus naves dando entrada a Bukayo Saka, Gabriel Martinelli y, a falta de 10 minutos para el final, Martin Ødegaard. Sin embargo, el partido estaba visto para sentencia y no hubo reacción alguna de los gunners. En la última acción del encuentro, el capitán noruego del Arsenal se internó en el área y marcó el tanto del honor. Un 3-1 que, esta vez sí, sería definitivo.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.