Maguire dinamita Anfield

Con rabia. Con abrazos intensos, con puñetazos al aire. El Manchester United celebró su primera victoria en Anfield en nueve años, evitando sumar una década sin ganar en casa de su máximo rival. Contra pronóstico. Con una comodida y una confianza inusitada. No parecían creérselo. Su triunfo fue merecido. Por su buen hacer en defensa y por su oportunismo en ataque. Y también por la ineficacia de un Liverpool al que se le ha olvidado ganar.

A los 62 segundos, Mbeumo pilló desprevenida a la zaga local. El United ganó un duelo aéreo en el centro del campo, y una vez Fernandes encontró a Diallo en la derecha, los mancunianos gozaron del espacio necesario para abrir el marcador. El extremo ofreció un pase al hueco a Mbeumo, que marcó de primeras. Estuvo lento en la recuperación el cuadro de Anfield, como lo seguiría estando durante todo el primer tiempo. Falto de chispa. Solo Gakpo mostró algo de intención. El holandés tuvo la mejor oportunidad de los suyos cuando recibió de Salah en la frontal del área en el minuto 20. Controló orientado y disparó ajustado, tanto que el poste escupió su tiro.

El United volvió a la carga tres minutos después. Con Diallo nuevamente penetrando por la derecha y viendo la llegada de Fernandes, cuyo disparo también dio contra el palo. Dos ocasiones visitantes más despertaron al Liverpool, aunque los reds solo fueron capaces de generar una ocasión más antes del descanso. Isak ganó a su par en carrera, pero Lammens sacó su tiro cruzado sin demasiados problemas.

Cuando ambos equipos regresaron de los vestuarios tras el descanso, el Liverpool amagó con resurgir. Siempre con Gakpo como protagonista. Omnipresente. A los cinco minutos de la reanudación recibió de Salah, se acomodó y sacó un disparo fiero que volvió a dar contra la madera. Insistió el equipo local, pero estuvo falto. Incapaz de incrementar la presión ante un United cómodo atrás. Salah debió marcar superada la hora de juego, pero pese a tenerlo todo a su favor, el egipcio disparó directamente fuera.

Anfield rebosaba frustración, pero antes de llegar al punto de ebullición, Gakpo encontró el premio a su insistencia. El Liverpool movió bien el esférico, penetró en el área y Chiesa encontró al delantero holandés libre de marca en la frontal del área pequeña. Solo tenía que empujarla a la red. Y lo hizo para aliviar a los suyos. Se lo creyeron los de Slot. Se vieron capaces. Pero no lo fueron. El United mostró una calma atípica, nada común desde la llegada de Amorim. Y volvieron a tomar la iniciativa en el marcador en el minuto 84. Un córner sacado en corto, un disparo de Mbeumo fue bloqueado, pero el balón le cayó a Fernandes, que lo colgó al segundo palo, donde apareció Maguire para dinamitar el partido con un cabezazo enfático. Sorpresa.

Gakpo siguió a lo suyo. Intentándolo, pero errando. Solo dos minutos después del 1-2, Frimpong protagonizó una buena acción individual por la derecha, y realizó un buen centro. El cabezazo de Gakpo, sin embargo, fue malo. Con la meta prácticamente vacía fue incapaz de dirigir su remate entre los tres palos. Los ocho minutos que se añadieron auguraban un final dramático, pero el Manchester United aguantó la presión para encadenar su segunda victoria consecutiva en la Premier League, algo que no habían logrado con Amorim en su banquillo.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí