Maguire, de lastre a bálsamo

A Harry Maguire historias no le faltarán para contar. El inglés ha pasado por todo; desde irrumpir en la élite con el Leicester City y que el Manchester United invirtiera 87 millones de euros para convertirlo en el defensor más caro de la historia -ahora superado por los 90 millones de Gvardiol-, hasta caer en desgracia, convertirse en carne de memes y pasar a la absoluta irrelevancia. El inglés parecía estar en un punto de no retorno, no había quien confiara en su resurgir. Pero, en el peor momento de la historia del club, los red devils han encontrado en él un héroe inesperado.

Desde su llegada a Old Trafford en 2019, Maguire estuvo tres años seguidos entre los tres futbolistas con más minutos en el equipo. Sus fallos lo llevaron a una 22/23 apocalíptica; el recién llegado Erik ten Hag lo relegó al ostracismo y se quedó lejos de llegar a los 1.000 minutos en la Premier League. Tras tocar fondo, las cosas para Maguire solo podían ir a mejor, y ese fue el caso; en la siguiente campaña las largas lesiones de Lisandro Martínez le hicieron un hueco en el once, en el que se volvió a asentar en la línea de tres con Amorim el curso anterior.

Maguire, que ahora lucha por un puesto en medio del prueba y error de Amorim, ha recuperado la confianza. Lejos quedaron los bloopers que lo sentenciaron; de hecho, ha pasado a ser el hombre de los momentos grandes, un imán de gloria. El ex del Leicester igualó la temporada pasada su máxima cuota goleadora (4) desde que dio el salto a primera división y en el curso actual va encaminado a superarla (2); todos esos tantos comparten un oportunismo de fantasía.

De sus últimos seis goles, solo uno ha sido antes del minuto 80 y tres han sido en el tiempo de descuento. Todos le sirvieron al United para empatar o remontar el partido. Lo hizo en el curso anterior contra Oporto, Leicester, Ipswich y Lyon en los cuartos de final de la Europa League; en esta campaña los tantos han llegado en momentos incluso más importantes, como en el duelo ante el Grimsby Town -aunque no pude evitar que los red devils firmaron una debacle histórica en penales- y más recientemente en el clásico inglés para darle a los mancunianos su primer triunfo liguero en Anfield en los últimos nueve años.

Tras superar a Alisson con ese cabezazo, Maguire tuvo que esforzarse para contener las lágrimas al verse ovacionado por la afición que alguna vez le hizo la cruz. “En este club hay demasiada presión, no es fácil jugar aquí. Él es un gran ejemplo para los niños por todo lo que ha tenido que pasar”, rescató Amorim sobre el ya redimido Harry Maguire.

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