FRANCIA
Luis Enrique tiene deberes
El PSG ha mostrado relajación en los últimos dos partidos, justo lo que no quiere el técnico. Antes de la Real, deberá ajustar el equipo en cada línea.
Desde el comienzo de la temporada, el mensaje deslizado por Luis Enrique de puertas hacia fuera ha sido claro: su PSG no debía asemejarse a los de sus dos predecesores, Galtier y Pochettino, y el objetivo era controlar el máximo tiempo posible la posesión e imponerse en cada partido sin importar la competición. Desde agosto, en París impera una sensación de que al técnico asturiano le está costando aplicar sus métodos, principalmente por ejecutar un estilo de juego ultraofensivo en el que predomina atacar durante los 90 minutos.
A tan solo una semana de medirse a la Real Sociedad, en la ida de los octavos de la Champions League, el técnico asturiano ha sufrido en sus carnes dos partidos en los que el PSG se ha parecido al de la temporada pasada, imponiéndose por pura calidad individual y convirtiendo sus partidos en auténticos correcalles en los que cualquiera de los dos equipos que hay en el campo se pueden llevar la victoria. Ya se llevó el primer aviso ante el Brest, el 28 de enero en el Parque de los Príncipes, empatando un encuentro que iba ganando 2-0 y que pudo incluso perder en el tramo final.
Ante el Estrasburgo, el pasado viernes, se repitieron los mismos patrones, un PSG que se impone por la calidad de sus jugadores en ataque, pero que acaba pidiendo la hora. Esta vez, la moneda cayó de cara, pero podía haber sido cruz si los de Patrick Vieira hubieran tenido más eficacia en los metros finales. De hecho, los alsacianos dispararon 20 veces, una estadística que no debe contentar a Luis Enrique, que aseguró en rueda de prensa que “no se pueden ganar todos los partidos 4-0″.
El discurso se asemeja más al pronunciado otrora por Tuchel, Pochettino o Galtier, incapaces de sacar el máximo provecho de la plantilla, aunque estas tenían muchas más particularidades, como la lucha de egos, al contrario que Luis Enrique, que ha dejado su impronta desde el primer momento. El PSG, eso sí, no ha podido contar ni con Achraf ni con Dembélé en los dos últimos partidos, sin el marroquí durante todo el mes de enero por la Copa de África, siendo ambos el punto fuerte de los parisinos, con permiso de Kylian Mbappé.
Precisamente, el delantero, incontestable en la Ligue 1, 20 goles marcados, máximo goleador del campeonato, está en el punto de mira, no solo por su futuro, una cuestión evidente, sino por la posición en la que le coloca Luis Enrique. El año pasado, el francés se quejó públicamente de jugar de referencia, al contrario de la presente temporada, en la que ha actuado como ‘9′ sin rechistar y sin tiranteces hacia su equipo. Según algunos periodistas, entre ellos Daniel Riolo, el capitán de Les Bleus no se va a quejar porque asume, aunque no esté confirmado, que no seguirá en París.
Luis Enrique, por tanto, tiene deberes en los próximos dos partidos, contra el Brest en Copa y ante el Lille en la Ligue 1, ambos en el Parque de los Príncipes, para ajustar antes de recibir a la Real Sociedad. El exseleccionador español tiene la plena confianza de Al Khelaïfi y Luis Campos, pero un traspié en la Champions League podría quebrantar la confianza de los aficionados y de ciertos sectores de la prensa francesa. La Copa de Europa, la pesadilla del PSG, está a la vuelta de la esquina.