Luis Enrique no da con la tecla

Cuando Nasser Al Khelaïfi decidió fichar a Luis Enrique, el mensaje del presidente del PSG fue claro y conciso: “Ya no nos obsesiona la Champions League, lo importante es la forma de jugar”. El técnico asturiano, avalado por su experiencia, aterrizaba en París con un claro objetivo, cambiar de forma radical el estilo de juego del conjunto parisino y generar un equipo en el que lo colectivo fuera la panacea para evitar los conformismos individuales que habían sido el principal detonante de las últimas debacles europeas.

Los resultados, de momento, no acompañan al PSG, sobre todo a nivel local, en una competición, la Ligue 1, en la que debería mostrar una superioridad abrumadora contra el 90 % de los equipos. En Clermont, en el campo del colista que apenas había sumado un punto en seis jornadas, fue incapaz de marcar un gol, empató a cero y volvió a estrellarse contra un rival que se encerró durante los 90 minutos, pero que gozó de oportunidades para incluso haberse llevado los tres puntos.

El bagaje del PSG en la liga francesa, con siete jornadas disputadas, es de tres victorias, tres empates y una derrota. Incapaz de ganar al Lorient en la jornada 1, en otro encuentro que acabó empate a cero, tampoco pudo doblegar al Toulouse en la segunda jornada (1-1) y perdió ante el Niza por 2-3 justo antes del debut en la Champions League. “Estos partidos, con encuentro de Europa entre semana, son peligrosos”, reconocía Luis Enrique en la previa. El Clermont era, por números, el rival más débil de toda la liga, pero mostró una resistencia heroica que le sirvió para sumar un valioso empate.

En el juego del PSG se atisban diferencias, puro sello de Luis Enrique, con preminencia de la posesión de balón, aunque todavía le falta calar sus ideas a toda la plantilla. Después de salir del paso contra el Dortmund, 2-0 en Champions, y el Marsella, goleada por contundente por 4-0, el exseleccionador español volvió a salir con cuatro delanteros en Clermont, un sistema que acumuló muchos jugadores en ataque frente a un equipo que se replegó con cinco defensas y apenas dejó espacios.

El miércoles, ante el Newcastle, el PSG puede dar un paso de gigante en el grupo de la muerte de la Champions, pero un pinchazo podría acrecentar las dudas en torno al equipo. Es pronto todavía para sacar conclusiones, pero su debut en la Ligue 1, con 12 de 21 puntos, ha sido el peor desde que Qatar aterrizó en la capital francesa. Números que no se corresponden aun con un equipo que aúna en sus filas a jugadores como Mbappé, Kolo Muani, Gonçalo Ramos, Barcola, Asensio u Ousmane Dembélé.

Luis Enrique pide tiempo, algo que en París ha brillado por su ausencia. El liderato de la Ligue 1 no peligra porque sus rivales tampoco alcanzan la regularidad deseada y no hay ningún equipo que haya sobresalido, salvo la sorpresa Brest, en este inicio de campeonato. El partido en Newcastle y el de Rennes, visita muy complicada la próxima semana, serán decisivas para que enderece el rumbo de la temporada. Dos partidos trascendentales para un PSG que, todavía, sigue sin encontrarse en Francia.