FRANCIA

Luis Enrique mejora a Ancelotti, Emery, Pochettino, Tuchel...

El técnico asturiano culmina su gran temporada con la Copa de Francia, su tercer título con el PSG. El club pretende renovarle cuanto antes.

París (Francia)
MOHAMMED BADRAEFE

La primera temporada de Luis Enrique con el Paris Saint-Germain ha sido de notable alto, rozando la excelencia, con el único ‘pero’ de no haber podido brindarle al club la primera Champions de su historia, cayendo en semifinales contra el Dortmund. Este sábado, el técnico asturiano levantó su tercer título en la capital francesa, el tercero a nivel nacional, tras imponerse por 2-1 al Olympique de Lyon.

Pero Luis Enrique no aterrizó en París para ganar sin importar el cómo, sino para cincelar un proyecto a largo plazo, un equipo reconocible, con predominio de la posesión de balón y con el que el aficionado pudiera identificarse desde el primer encuentro. “El PSG jugó como yo quería. Esa es la idea de fútbol que tengo como entrenador: tener el balón, tener ocasiones, marcar goles, no preocuparse demasiado por el resultado y presionar al rival. Ahora es el momento de sacar ventaja. En el fútbol se sufre mucho, a veces hay que aprovechar”, dijo, este sábado en Lille, tras proclamarse campeón de la Copa de Francia.

Uno de los principales obstáculos para crecer como proyecto del PSG en los últimos años radicaba en la poca importancia que tenía el entrenador en el equipo. Eran, antes de Luis Enrique, un conglomerado de estrellas, con futbolistas que jugaban por decreto y con una dirección deportiva que se inmiscuía, en reiteradas ocasiones, en las decisiones del entrenador. Tanto Galtier como Pochettino, los predecesores del entrenador español, sufrieron en sus carnes los problemas extradeportivos del club parisino, una constante que ha desaparecido esta temporada.

A Luis Enrique no le ha temblado el pulso a la hora de tomar decisiones. El mensaje que deslizó desde el principio de temporada fue el de que “tenía 23 titulares”, cambiando constantemente de once para que todos sus jugadores se sintieran titulares y dotándole al PSG de un estilo muy reconocido, sin titubeos, sin especular, con el punto de mira siempre en la portería rival.

Prueba de su carácter y su determinación es la gestión de Kylian Mbappé. Una vez que el delantero le comunicó, en febrero, a Al Khelaïfi su decisión de marcharse, el técnico del PSG le redujo su tiempo de juego en la Ligue 1, esgrimiendo, constantemente, que tenía que acostumbrar al equipo a jugar sin él. Dicho y hecho. El club se ve preparado, ahora, a jugar la próxima temporada sin su estrella, después de un arduo trabajo de Luis Enrique.

Líder incontestable de la Ligue 1, campeón holgado de la Supercopa de Francia, campeón de la Copa de Francia y semifinalista de la Champions, el próximo reto del exseleccionador español es intentar elevar al club a otra dimensión. Lo que no lograron sus predecesores en el cargo: Ancelotti, Blanc, Emery, Tuchel, Pochettino o Galtier. Aunque la Copa de Europa no es una obsesión, Luis Enrique, a corto plazo, quiere convertirse en el primer entrenador que brinda la Orejona al PSG, un reto mayúsculo, pero que atisban con ilusión en la capital francesa.

Al Khelaïfi y Luis Campos, encantados con su entrenador, ya han iniciado los primeros pasos para intentar renovar al gijonés, de 54 años. En las próximas semanas, están previstas distintas reuniones para intensificar las negociaciones para renovar el contrato de Luis Enrique, que expira el próximo año, y forjar, de una vez, un proyecto de muchos años, lo que ha anhelado siempre el PSG desde que aterrizó Qatar en 2011.

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