Luciano, contra la magia de Italia

Uruguay e Italia han llegado a esta final del Mundial Sub-20 de formas muy distintas. Aunque ambos han sufrido mucho en algunos tramos, basan su juego en estilos contrapuestos. Uruguay más física, Italia más técnica.

“El fútbol italiano fue históricamente defensivo, pero todo cambia y mejora. Ahora pensamos en tener la pelota, en jugar en el campo contrario y en ser protagonistas desde la posesión de la pelota, hacia eso estamos evolucionando”, dijo Nunziata, seleccionador italiano, en la previa. Tiene jugadores de los que hacen que estés deseando que les pasen el balón. Baldanzi quizá sea el más talentoso, pero le rodean otros como Ambrosino o Casadei, el máximo goleador del torneo (7 goles). Y desde el banquillo esperan otros como Pafundi, quien dio el pase a la final con un golazo de falta en el minuto 86.

Jugadores técnicos que lucharán contra el césped de La Plata, el cual ya se vio bastante perjudicado en las semifinales del pasado jueves entre la propia Italia y Corea del Sur. A él se adapta mejor el estilo uruguayo, el cual definió Ignacio Sosa muy claramente: “Tenemos tres huevos, no dos”. Él es uno de los que personifican la forma de jugar uruguaya. Un número 15 (intercambió su camiseta con Fede Valverde, quien estuvo presente en las semifinales para apoyar a sus compatriotas) luchará por un puesto en el once con Damián García porque vuelve Luciano Rodríguez.

El extremo derecho del Liverpool de Montevideo fue expulsado en octavos y sancionado para las dos rondas siguientes. Llegó como una de las estrellas de Uruguay después del gran Sudamericano Sub-20 que jugó a principios de año, pero en este torneo todavía no ha visto puerta. Con las dudas de Ferrari y Abaldo, será un guerrero más para Broli. “No hay cansancio, vamos a dar el resto. Más allá de los nombres, a lo que no vamos a renunciar es a nuestra forma de jugar, eso lo tenemos muy claro”, explicó el seleccionador de un equipo que ha dejado la portería a cero en cinco de los seis partidos que han jugado estas semanas en Argentina.