Los pecados capitales de Boehly en el Chelsea
Desde que Todd Boehly es el dueño, el club de Londres ha dado bandazos sin rumbo. Ha acumulado decisiones conflictivas y en lo deportivo el club se ha despeñado.
El 24 de mayo, Todd Boehly cumplirá un año al frente del Chelsea. Un periodo de tiempo convulso en las oficinas de Stamford Bridge que han traído más desestabilidad que calma en uno de los clubes más importantes de Inglaterra y Europa. La presión ejercida por el Gobierno británico sobre el ruso Roman Abramovich ponía punto y final a la etapa más exitosa del club en sus más de 100 años de historia. Los aficionados blues, esperanzados, dieron la bienvenida a los inversores norteamericanos y su peculiar manera de ver gestionar el negocio deportivo. Ahora la situación no es nada buena. Con Frank Lampard de regreso a Stamford Bridge y con el equipo con pocas opciones de ir a Champions. Los cuartos ante el Real Madrid son su salvavidas.
Adiós a todo lo relacionado con Abramóvich
Todd Boehly quiso hacer limpieza de todo lo que desprendía tufo a Abramóvich. Amistosamente agradeció el trabajo de Marina Granovskaia, mano derecha de Abramovich y directora general del club. Era quien manejaba los hilos en la sombra. Igual hizo con el director deportivo, Petr Cech, que dejó el club en verano. Unas decisiones cuestionables ya que no habían reemplazos elegidos. Tras recibir varios noes, se eligió a Christopher Vivell (ex del Leipzig), que accedió a director técnico. Laurence Stewart llegó del Mónaco en enero para reforzar también la secretaría técnica. A su vez, también se desmanteló todo el equipo médico que lideraba Paco Biosca desde hace más de una década.
Despido de Tuchel
Era el entrenador que había dado la segunda Champions al club, pero no fue la opcion puesta por Boehly, sino por Abramóvich. Una derrota en Zagreb en el primer partido de la fase de grupos de la Champions precipitó su marcha a principios de septiembre. Sin mucha explicación. Ahora, tras mantener durante meses que Graham Potter era una apuesta de futuro del club, decide prescindir de golpe el exentrenador del Brighton sin tener un reemplazo de garantías. Finalmente ha colocado de nuevo a Frank Lampard, rescindido por Abramóvich, en el banquillo hasta final de temporada.
50M€ gastados en entrenadores
Será por dinero, pero Boehly no le tiembla el pulso a la hora de pagar cláusulas o indemnizaciones. Abonó al entrenador alemán 11 millones de euros por despedirle con contrato. Fichó del Brighton a Potter a cambio de pagar la cláusula de 25 millones de euros. Y ahora le tiene que pagar unos 15M€ de finiquito al técnico inglés por acabar con su etapa antes de tiempo.
Derroche en los fichajes
Boehly sacó la billetera y no le importó gastarse más de 600 millones de euros. La mitad fue en el mercado de invierno tras una planificación defectuosa en verano. Las llegadas de Sterling, Wesley Fofana, Koulibaly, Cucurella, Aubameyang no fueron suficientes y tuvieron que recurrir a reforzar el equipo a base de talonario: Enzo Fernández, Mudryk, Badiashile, Madueke... Una mala planificación que conllevó también la llegada de João Félix, cedido.
Esperpento con Ziyech
El mercado de invierno también sirvió para confirmar el despropósito en el Chelsea. El PSG y el conjunto blue alcanzaron un acuerdo para la cesión del marroquí hasta final de temporada, pero finalmente no se dio. El club de París acusó al Chelsea de retrasar el envio de documentación y cuando lo hizo, hacerlo mal en tres ocasiones. Después del esperpento, Ziyech pasó de estar fuera a ser titular con el Chelsea al siguiente partido (Fulham). Más lío.
Problemas de inscripción en Champions
La avalancha de fichajes provocó que solamente pudieran inscribir a tres jugadores en competición europea, por lo que tuvieron que dejar a dos de los fichajes sin ficha. João Félix, Enzo Fernández, Mudryk fueron los elegidos en lugar de Badiashile y Madueke. Aubameyang también se quedó sin ficha. El delantero gabonés había llegado en verano a cambio de 12M€ y pocos meses después ya no contaba.
...Y lo último, baile de nombres
Siempre se puede ir a peor. Se echó a Potter sin un reemplazo claro. Se ha filtado infinidad de nombres de entrenadores en un casting televisado: Nagelsmann, Luis Enrique, Amorim, Pochettino, Glasner, Conte... Para luego no elegir a ninguno y esperar al verano. Finalmente se ha conformado con el regreso de Lampard, una leyenda blue, para calmar las criticas antes de la decisiva eliminatoria de Champions ante el Real Madrid. Sin planificación.