Ley Wenger: el fútbol tiembla

La Ley Wenger surgió como una idea más con la que mejorar el fútbol, en concreto el fuera de juego, ese lance en el que aparecen polémicas cuando la distancia entre el defensor y el atacante es tan nimia que apenas se percibe.

Para evitar la anulación de goles por márgenes a veces invisibles al ojo humano, Arsene Wenger, director de fútbol de FIFA y voz más que autorizada por su exitoso paso como entrenador del Arsenal, entregó un informe revolucionario en su día que cambiaba el concepto del fuera de juego.

En esa propuesta, ya no vale con que una parte del cuerpo esté adelantada para que sea infracción, sino que debe estarlo el cuerpo entero. De esta manera, la tecnología de los nuevos balones con chip y de las cámaras del estadio puede descubrir exactamente cuándo el cuerpo de un delantero está por delante del de un defensa.

Según Iturralde González, en Carrusel, el nuevo fuera de juego se ha vuelto a presentar a la IFAB tras dos años en los que parecía estancado. “Se analizará en el meeting anual, compuesto por 23 jugadores y 11 árbitros y cuyo jefe es Wenger; en caso de avanzar, luego pasará al meeting general, previsto para febrero. El 95% de las propuestas que van al meeting general se aprueban”, explica.

Esta nueva aplicación del fuera de juego tendría como objetivo que se marquen más goles y se eviten las polémicas milimétricas. Sin embargo, el mundo del fútbol nunca lo ha respaldado del todo porque cambia la manera de defender y de afrontar los partidos.

En caso de aprobarse, tendría que pasar un periodo de pruebas en torneos y competiciones menores. El gran temor es que el próximo verano hay Mundial. Jugarlo con una nueva norma del fuera de juego, además tan impactante, pone a todos en jaque por lo que pueda pasar.

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