La historia de Fran Álvarez: del fútbol sala de su pueblo a estrella en Polonia

Cuando la familia de Fran Álvarez (Benidorm,1998) tuvo que trasladarse a Socovos, él solo tenía 11 años. El Villarreal ya se había fijado en sus dotes para el fútbol y le llamó para jugar en un torneo de captación de jóvenes talentos, pero Fran, por motivos familiares, tuvo que mudarse al pueblo de su familia, donde tuvo que aparcar su progresión en fútbol once durante un par de años porque allí solo había equipo de fútbol sala. Aquello le quedaba claramente pequeño y pasados los dos años volvió a jugar sobre césped en Hellín, localidad de Albacete. Aquella decisión le cambió la vida. “Al segundo año me llamó la selección de Castilla-La Mancha y en el Campeonato de España me vuelve a ver el Villarreal. Ellos no recordaban que cinco años antes me habían buscado, pero el destino decía que tenía que acabar allí y con 15 años fiché por Villarreal”, relata Álvarez al diario AS desde Polonia, donde actualmente brilla en el Widzew Lodz, uno de los equipos con más historia de la Ekstraklasa.

Con cuatro goles y dos asistencias y elegido en el último mes dos veces en el once ideal de la jornada en Polonia, Fran Álvarez ha encontrado su mejor versión en el Widzew, donde está encantado con cómo se vive el fútbol: “Aquí todas las jornadas hay 19.000 personas. El campo siempre está a tope, nunca quedan entradas por vender”, asegura justo antes de relatar cómo de intenso se vive el fútbol en las gradas. “El alcohol está permitido dentro de los estadios. Se meten bengalas y cohetes. Contra el Legia, en el minuto 70 o así, empezaron a dispararlos y caían los cartuchos hacía el campo y el árbitro tuvo que parar porque entre los cartuchos y el humo que se generaba no se podía jugar”, relata el jugador, que asegura haberse acostumbrado a que los partidos se paren un par de veces cada jornada “sobre todo si es por la tarde”.

A pesar de que sobre el césped se siente como si estuviera en España, sobre todo por el idioma (en cada partido hay varios jugadores españoles o hispano-hablantes), lo más duro para Fran Álvarez ha sido acostumbrarse al clima. No tanto por las bajas temperaturas si no por la incomodidad de entrenar con tanta ropa: “Es complicado porque en España, si hace frío te pones para entrenar una térmica y una sudadera y aquí yo iba con con mallas cortas, mallas largas, pantalón largo, camiseta de color de arriba, camiseta, sudadera, chubasquero y braga del cuello”.

Todas esas circunstancias no le han impedido rendir a un gran nivel en el Widzed, que apostó por Álvarez antes de que terminase la temporada pasada en el Albacete, donde había perdido protagonismo en su último año. La llamada de su compañero Jordi Sánchez, que milita en el Widzed, al igual que el español Juan Ibiza, fue clave en la decisión. “Era el momento para dar un paso adelante. Al principio de la temporada pasada tuve una lesión de sóleo y eso me hizo estar muy por detrás de mis compañeros. Tenía varias opciones, pero tenía bastante claro que quería venir aquí porque Jordi Sánchez, que también estaba conmigo en Albacete, había venido al Widzed y me habló muy bien del club”.

Álvarez se muestra muy orgulloso de su decisión y demuestra ser muy consciente de lo complicado que es mantenerse en el fútbol profesional. “El futbolista español en España está acostumbrado a que todo su entorno le diga que ser futbolista profesional es llegar a Primera y ese esa no es la realidad. La realidad es que se puede ser futbolista en otros sitios. Yo, por ejemplo, estoy disfrutando muchísimo más del fútbol en Polonia. Todos los estadios están siempre llenos y estoy disfrutando. Me siento mucho más futbolista este año que el año pasado”, concluye el jugador. Sus números en el Widzed y su rendimiento le dan la razón.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.