‘Kvaradona’ en estado puro

Segunda victoria en dos jornadas para el Nápoles, que goleó al Monza en un Maradona donde brilló por primera vez el talento de Khvicha Kvaratskhelia. El georgiano, que costó en torno a 10 millones de euros (repartidos entre Dinamo Batumi y Rubin Kazan) lleva ya tres goles en dos presencias y no pudo tener mejor comienzo en la Serie A. Impresionan su rapidez, la capacidad de encarar siempre al defensa y la fuerza con la que dispara con ambos pies. Un fichaje excepcional para un equipo que se está transformando con ocho incorporaciones, y la esperanza que la novena sea Keylor Navas.

Los de Spalletti, como ante el Verona, dominaron el partido desde el primer minuto y lo rompieron en el 35′, cuando Kvara, desde fuera del área, se sacó de la chistera una preciosa rosca con el pie derecho, que golpeó el poste antes de inflar la red. Los sureños aumentaron su ventaja con otro de sus hombres clave, Victor Osimhen, justo antes del descanso. El nigeriano recibió un pase vertical de Anguissa, superó a Ranocchia (el italiano, en la segunda parte, sufrió un esguince en el tobillo: tuvo que abandonar el campo en camilla) y batió a Di Gregorio con un remate cruzado que valió su segundo tanto en dos partidos.

El equipo azzurro siguió gestionando el ritmo de juego sin apuros en la segunda mitad, sentenciando la contienda en el 62′, con otra delicatessen de Kvaratskhelia. El extremo recibió un pase de Lobotka, regateó con una finta a Antov y fulminó a Di Gregorio con un zurdazo cruzado. Su primera vez en el Maradona fue inolvidable.

El choque, básicamente, se acabó allí. El Monza anotó el tanto del honor con el exnapolitano Petagna, pero el VAR se lo quitó por un empujón a Rrahmani, y en el descuento hubo gloria también para otro recién fichado, Kim. El defensa completó el póker con un testarazo tras un córner, una guinda para su positivo arranque. Spalletti puede sonreir por lo que se vio en el césped (los suyos marcaron nueve goles en dos jornadas), y también por lo que tenía a su lado en el banquillo (Olivera, Ndombele, Raspadori, Simeone...). La depresión napolitana de julio, cuando Mertens, Insigne y Koulibaly se marchaban y Dybala prefería irse a la Roma, ya parece un recuerdo lejano.