Kane pone la puntilla a Potter

A 10 puntos de los puestos europeos... y a 10 puntos del descenso. No hay mejor forma de definir la derrota del Chelsea en el Tottenham Hotspur Stadium que con su puesto en la tabla de la Premier League. Los Blues son la nada futbolística y vagan por la misma. La tercera victoria consecutiva como local de los Spurs, así como su tercera portería a cero seguida en el Tottenham Hotspur Stadium (tras recibir a Manchester City, West Ham y Chelsea), permiten a los de Antonio Conte ajusticiar a sus vecinos londinenses y asentarse en los puestos de Champions League. Mientras que el conjunto de Graham Potter, a quien la arena del reloj está a punto de que se le acabe, ocupa el 10º puesto, el Tottenham aventaja ya en cuatro puntos al Newcastle.

El VAR salva a Ziyech

La del Tottenham Hotspur Stadium parecía una primera mitad de más noticias negativas que positivas para el Chelsea, hasta que al filo del descanso el VAR decidió echarle una mano. Los primeros 45 minutos fueron intensos a la par que poco productivos, especialmente en el caso del equipo de Graham Potter. La primera mala noticia que tuvieron que lamentar los Blues fue la salida del terreno de juego de Thiago Silva. El gran bastión defensivo del Chelsea tenía que ser sustituido por un golpe y Wesley Fofana ingresaba en el campo en su lugar. Minutos después, el disgusto pudo ser aún mayor. Pierre-Emile Hobjerg fue quien finalizó una gran cambinación de los Spurs en la frontal del área, pero el palo repelió su disparo. Los visitantes apenas pudieron contabilizar entre sus acercamientos más destacados un disparo con rosca de Raheem Sterling, quien con anterioridad reclamó un penalti. En ese caso no actuó el VAR, pero sí en el tiempo añadido de la primera mitad.

Tras un forcejeo, y con el árbitro en medio de la tangana, Hakim Ziyech soltó la mano y esta impactó directamente en el rostro de Emerson Royal. Ya estaba el lío montado. Una vez separados los jugadores, y con el brasileño del Tottenham aún en el suelo, Stuart Attwell expulsó al internacional marroquí. Por si no fueron pocos los problemas del Chelsea, los Blues iban a afrontar la segunda mitad con 10 jugadores... si no fuera por el VAR. Sorprendentemente, y a pesar de que la “conducta violenta”, que en primera instancia fue castigada con roja, tuvo lugar justo delante del colegiado, Stuart Attwell rectificó su decisión y cambió la cartulina roja por amarilla. Graham Potter respiraba.

Skipp y Kane amargan al Chelsea

Mucha prisa se tuvieron que dar los aficionados del Tottenham para no perderse el primer tanto de los suyos. Nada más sacar de centro, los Spurs tuvieron el 1-0 en las botas de Emerson Royal. A pesar de que Kepa Arrizabalaga el tanto del brasileño, el rebote lo cazó el canterano Oliver Skipp en la frontal y, con un zapatazo, este sí batió al portero español del Chelsea. Golazo del Tottenham para ahondar en las crisis de sus vecinos del oeste de Londres. Superada la hora de partido, el Chelsea era Raheem Sterling y poco más. En el caso de Joao Félix, o bien era frenado con falta cada vez que entraba en contacto con el balón o tenía que descolgarse tanto del frente de ataque para entrar en juego que al final nunca aparecía en posiciones en las que ser determinante.

Viendo que el Chelsea no terminaba de dar un paso al frente para buscar del empate, a los locales, que estaban muy cómodos con su ventaja de 1-0, no les quedó más remedio que sentenciar el partido. Y para ello, los pupilos de Antonio Conte recurrieron a su mejor especialista. Saque de esquina botado por Heung-min Son, peinada de Eric Dier y, en el segundo palo y completamente libre de marca, Harry Kane remachaba la prolongación de su compatriota para doblar la ventaja de los Spurs a los 82 minutos. Menudo drama el del equipo de Stamford Bridge, y es que tal era la desesperación de Graham Potter que recurrió al defenestrado Pierre-Emerick Aubameyang para intentar sacar algo del Tottenham Hotspur Stadium. Junto al gabonés también saltó al terreno de juego Mykhailo Mudryk, a quien sus compañeros buscaron sin cesar durante los últimos minutos de partido, pero el resultado fue el mismo resultado que con Joao Félix: dos disparos a portería en 90 minutos y cero goles.