Hojlund sale de caza

El 2025 del Nápoles terminó con un Scudetto, la Supercopa de Italia y el invicto en casa durante todo el año. La única mancha era su rendimiento de visitante: las cuatro derrotas esta temporada habían sido todas lejos del Maradona, por lo que el partido contra el Cremonese fue una valiosa prueba para revertir la tendencia negativa. Misión cumplida.

Con un planteamiento agresivo desde el inicio, el Nápoles dejó claro al Cremonese que quería adueñarse del partido, pero la primera jugada fue para el equipo local en el 7’: Sanabria buscó a Vardy en el área, aunque el inglés no llegó a tiempo. Así que el equipo de Nicola, inmediatamente, volvió a cubrirse. Esta estrategia funcionó poco más de diez minutos ya que, en el 12’, un disparo de Spinazzola desde fuera del área fue rebotado por la defensa del Cremonese y Hojlund aprovechó para marcar el 0-1. A partir de ese momento, el equipo local intentó ponerse en marcha con Bianchetti y Vardy, aunque Hojlund siempre estuvo ahí para hacer lo mismo, especialmente en el 25’, cuando el danés de contraataque obligó a Audero a salir del área para salvar su propia portería.

El partido dio lugar a numerosos duelos y enfrentamientos físicos, como el que protagonizaron Baschirotto y Hojlund. En el 27’, Nicola protestó tras una supuesta falta de Rrahmani sobre Zerbin dentro del área. Sin embargo, el árbitro llamó a la calma y a seguir jugando con normalidad. Payero entonces fue quien aportó más movilidad al ataque del Cremonese, poniendo a prueba de nuevo a Rrahmani. Pero el Nápoles no se cansó de presionar y se acercó nuevamente a la portería rival con Neres, que disparó por encima del larguero. Hasta que el doblete de Hojlund cerró el primer tiempo. Politano centró desde la derecha y en el área la defensa del Cremonese no mantuvo las marcas, dejando a Hojlund solo a pocos metros de Audero y firmando el 0-2 con ladiestra.

Un rápido arranque de Hojlund tras un pase de McTominay dio inicio a la segunda mitad, pero el Cremonese no decepcionó, ya que Vardy probó a Di Lorenzo con un cabezazo ante el que Milinkovic-Savic tuvo que intervenir para impedir el gol de Sanabria. En cuestión de minutos, el equipo local intentó presionar a los azzurri y el Nápoles tuvo que hacer todo lo posible para no darles espacios. Se convirtió un partido más exigente y la defensa de los de Conte necesitó acrecentar su actuación: en el 69’, una falta de concentración de Rrahmani podría haberle costado caro y haberle dado una oportunidad a Vardy.

Para superar los posibles obstáculos, en los minutos finales Conte llamó a Neres al banquillo para incorporar a Buongiorno a la defensa, mientras Nicola instaba a su equipo a seguir elevando su centro de gravedad. Un tiro libre de Politano y una zambullida de Audero para desviar un disparo de McTominay pusieron fin a un partido que el Nápoles ganó, terminando el año de la mejor manera posible.

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