¡Históricos Fluminense y Marcelo!

Fluminense se coronó como campeón de la Copa Libertadores por primera vez en su historia después derrotar a Boca Juniors en la prórroga. El equipo de Fernando Diniz ya puede presumir de ser el mejor de Sudamérica gracias a los goles de Cano y Kennedy. André y Nino demostraron estar listos para cotas mucho más altas y dominaron el choque. El cuadro argentino compitió hasta el final pero la séptima deberá esperar. Brasil mantiene su hegemonía.

El primer tiempo dejó lo esperado. Fluminense se hizo con la pelota y en muchos tramos superó el 80% de la posesión ante un Boca decidido a esperar en campo propio, confiando en tener su oportunidad en alguna contra veloz. El cuadro carioca tocó y tocó el balón aunque en lo primeros compases faltó movilidad de sus jugadores. Aún no habían encontrado sensaciones con balón y no se querían cometer errores en la salida.

La primera ocasión del partido llegó con un cabezazo centrado de Cano, a través de una pelota parada, que atrapó Romero. Luego Boca reaccionó poco a poco, solo durante unos instantes y gracias a ciertas imprecisiones del rival. Primero Merentiel probó con un disparo de media distancia e instantes más tarde Cavani desperdició un excelente balón filtrado por Barco. Nino también fue capaz de imponerse por alto para mandar un cabezazo desviado.

Cuando se alcanzó el minuto 36 Fluminense tomó la ventaja en un gol que resume muy bien lo que es este equipo creado por Diniz. Balón largo de Felipe Melo que la zaga rival frena para que entre Ganso, Arias y Keno generen superioridad en el costado diestro. Este último gana la línea de fondo y sirve una pelota rasa que Cano manda a la red con remate formidable. De primeras y muy lejos del alcance del arquero.

La segunda mitad arrancó con una muy mala noticia para Fluminense. Felipe Melo se había recuperado a contrarreloj para el partido pero se resintió de sus problemas musculares y tuvo que dejar la cancha. En su lugar entró el ex barcelonista Marlon. Boca adelantó mucho sus líneas y también ganó la iniciativa. Sin embargo, le costó mucho generar opciones de remate.

Según aumentaba la necesidad de Boca, más pelota y más espacios encontraba Fluminense. André se mantuvo imperial en el centro de la cancha y Nino demostró su jerarquía defensiva para anular y desesperar a Cavani. El propio André probó con un disparo lejano y en la siguiente acción el xeneize sí que inquietó a Fabio con un golpeo potente de Ezequiel Fernández.

Ya se alcanzaba el minuto 70 cuando Boca mandó un nuevo intento mientras que Samuel Xavier pedía reingresar a la cancha tras ser atendido. Ahí Advíncula trazó una nueva conducción hacia el centro de la cancha y mandó un zurdazo espléndido que entró ajustado al arco mas alejado.

El gol del lateral peruano cambió el partido y Diniz agotó cambios, algunos obligados ante las molestias de Marcelo o Samuel Xavier y otros para aportar verticalidad en los metros finales. Almirón estaba mucho más satisfecho en ese momento y Boca quiso aprovechar la dinámica. Merentiel tuvo la mejor ocasión antes de llegar al 90 con un disparo lejano pero bien colocado que salió rozando el poste. En el arco rival respondió Diogo en la última acción del partido con un remate raso que mandó fuera cuando tenía todo a placer para definir la final.

Ya en la prórroga el desgaste fue evidente en los jugadores que habían partido como titulares. El ritmo bajó y solo quedaba esperar algún arranque de calidad. En ese momento John Kennedy, como en semifinales, se convirtió en héroe con una volea soberbia gracias a otra asistencia de Keno. El delantero, ya con amarilla, se fue a celebrar el tanto con la grada y el colegiado le mostró la segunda amarilla. Fabra demostró muy poca inteligencia cuando agredió a Nino con un manotazo en el rostro y tras una revisión en el VAR vio la roja.

En los últimos minutos del alargue Boca se volcó en ataque para buscar de nuevo la igualdad pero la mejor ocasión fue para Guga a la contra. El lateral remató forzado y la pelota chocó en el poste. Felizmente para Fluminense no hubo que lamentar este intento fallido y poco después sonó el pitido final. La fiesta en Río de Janeiro será prolongada. Solo han tenido que esperar 121 años.

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